Bailar en la cornisa

Hoy me molestó mucho la frase que estuvo en la página de entrada de iGoogle. Era: "La decisión del primer beso es la más crucial en cualquier historia de amor, porque contiene dentro de sí la rendición..." atribuida al escritor alemán Emil Ludwig, quien cultivó el género de la biografía.

Me perturbó tanto la cita que estuve pensando si hacer o no esta entrada al respecto de las decisiones cruciales que tomamos en una relación...

Y es que para algunos espíritus obsesivos todo puede resultar crucial: la primera llamada, el primer correo, el primer beso, el primer encuentro sexual, conocer a los amigos...

Para conocer al otro se requiere mucho valor, incluso el atrevimiento suficiente para bailar en la cornisa de un piso muy alto, simbólico, que nos llama a poner cara de felicidad ante el peligro.

Leer esa frase varias veces fue como sentir una piedra en el zapato, porque no sabía exactamente que era lo que me molestaba...¿El concepto de rendición? Para un hombre que ha escrito sobre Napoleón, supongo que hay mucho de grandilocuente en esa palabra... rendirse es declararse inferior a las fuerzas de las circunstancias que nos rodean: algo de heroíco hay en ello.

Más luego, ¿quien es el que se rinde...?, ¿el que empieza y accede a reconocer el poder de seducción del otro...?, ¿el que acepta el beso...?, ¿los dos...?

A pesar de que no puedo decir que todos los primeros besos de mis relaciones hayan sido los mejores, si podría definirlos como cruciales, en cuanto a definitorios del equilibrio de fuerzas (al menos el inicial, porque en las relaciones humanas todo está sujeto a cambios de última hora, como en los vuelos)

Quizá lo que me perturbó fue el enunciado "historia de amor", ahora que ando tan atenta a las historias...

Me quedé detenida en esa cornisa imaginaria, como si la música se hubiera detenido en medio de mi paso de baile. A veces pienso que estoy esperando que la música comience de nuevo. A veces creo que no, que es el vértigo quien ha ganado la pelea. Ahora no podría decirlo. Quizá estoy en una encrucijada, también... Pero sigo mirando hacia abajo y veo un enorme vacío.

D.

4 comentarios:

Yareli dijo...

A mí también me perturbó. Y no estoy de acuerdo con él.

La relación más tormentosa que he tenido comenzó con uno de los mejores besos que me han dado. Y la relación que más feliz me ha hecho, empezó con uno bastante...mmm...inexperto, digamos.

Neh, los primeros besos no determinan nada que nosotros mismos no forjemos mediante sudor y sangre, sobre todo eso, sangre.

Onminayas dijo...

No sé si será, metafóricamente hablando, una rendición o no; tampoco sé si quién tira la primera piedra es o no el que acaba otorgando. Tampoco me quita el sueño, honestamente.

Sí sé que a veces hubiese bastado saltar, sin más, de aquella cornisa, antes que dar el primer beso.

Besos (sin cornisa ni simbolismos de compromiso)

Darina Silver dijo...

Yareli:

¿Verdad que es muy molesto?

Jo, en fin, yo tengo la culpa por leer tantas citas. No quiere decir que todas querré tenerlas en la memoria.

Que sanguinaria te viste con el último párrafo de tu comentario.

Onminayas:

Ya estoy más tranquila... quizá si fue eso: como un vértigo que me entró. Pero a veces todos debimos quitarnos de la cornisa antes de que ocurriera un desastre.

D.

Espaciolandesa dijo...

Mmhh...

You-know-who nunca me besó.

Pero bueno, la nuestra nunca fue una historia de amor.

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