"El Chava"

- Buenas tardes profesor- le dijo al "Chava" la alumna de la blusa ceñida con los colores de la bandera gringa.

Él se sintió un poco extrañado, pese al tiempo transcurrido aún se le hacía raro ese trato deferencial. Quizá debió contarles a esos mocosos un poco más de lo que era su vida. Pero bueno, ¿de que serviría?, ¿qué diferencia habría? Un par de palabras no cambiaban nada. Ellos no podían vivirlo...

Había escrito su libro, ese que ganó tantos premios y fue objeto de tantas reseñas en periódicos y revistas culturales para contar su historia. "Literatura", dijeron unos "una herida abierta en la historia" dijeron otros.

Pero para el Chava era su vida. El tiempo en la cárcel como preso político en los tiempos de la guerra sucia lo había marcado de manera definitiva. Mucho más que el tiempo en la universidad, quizá tanto como el viaje que se ganó a la ex URSS, cuando los lazos de hermandad entre México y aquel país,ahora extinto, le dieron una beca.

Primero estudiante de agronomía, luego preso político, ahora profesor. Las vueltas que da la vida. El profesor Salvador se dirigió al área de coordinación de los talleres de literatura de la Facultad de Ciencias Políticas, molesto por las subidas y bajadas a las que lo sometían. Ya no estaba para esos trotes... quien lo iba a decir: él que había corrido para escapar, él que fue torturado, él que pasó dias en el apando, él que fue transportado como un animal en condiciones peores que las del ganado, él que pasó muchas horas encriptando sus memorias en un cuaderno gastado para poder contar su historia...

Ahora se dedicaba a revisar historias de esos mocosos, esos niños que veían demasiada televisión y hablaban de lo que veían en las películas. Algunos llegaban a escribir cosas verdaderas... los menos. La mayor parte de lo que ponían eran lugares comunes, le daban dolor de estómago: con tantas cosas de las cuales escribir...

Casi le dolía recordarlas.

Subió las escaleras rumbo al salón que le habían asignado: el sitio aún estaba ocupado, pues la profesora que tenía clases antes que él tomaba de su tiempo. Suspiró resignado y pensó si debía fumar un cigarrillo...

De esos pequeños placeres que se tomaba de vez en cuando.

Los alumnos de su taller llegaron poco a poco. Eran cada vez menos. Lo normal. Sabía que aunque en la primera clase llegaban cerca de 40, hacia el final del taller quedaban cinco, quizá diez. Todo dependía mucho...

El cigarro se consumió en la espera de la profesora. Pero él sabía esperar. Era algo que se aprendía con el tiempo.

Al entrar al salón dio una última mirada al cielo azul. Se había acostumbrado a eso en la cárcel y tomaba aire antes de quedarse entre paredes. Era una lección importante. Dificil de enseñar en un taller. Había muchas cosas que no podría enseñar él. Sólo el tiempo.

D.

2 comentarios:

Juan dijo...

wow, me encantó y me hace sentir ridículopreguntar... ¿chava es real?

Darina Silver dijo...

B.

Como diría el maestro Sabina... lo que importa es la historia, no tanto si fue real o no.

D.

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