La rebelión de los parados

Esta semana he estado luchando por terminar un proyecto de la oficina que me ha quitado el sueño, el aliento y la tranquilidad. Cómo aún no termino, se puede decir que mi cerebro ha estado en pausa...

Pero lo bueno es que me alcanza el tiempo para aprovechar y pensar en esas pequeñas cosas que a diario me sacan ampollas...

Y es que viajando más de una hora en transporte público, me pongo a pensar en la rola del maese Sabina "Están en guerra".

Además de que el transporte privado está en guerra contra el transporte público, los pasajeros que viajan sentados también están en guerra contra los que viajan de pie.

Porque los que viajan sentados siempre serán una minoría. Una minoría en cierto modo oprimida, porque los golpean los otros pasajeros con sus bolsas estorbosas... pero también una minoría poco solidaria, porque a la menor provocación procuran hacerse los dormidos o dormir, para evitar ceder el asiento a los que lo necesiten (personas de la tercera edad, gente con bastón, mujeres embarazadas)

Pero como en alguna ocasión me ha tocado estar en cualquiera de los dos lados de la trinchera, no puedo evitar de sentir cierto odio velado hacia los 43 pasajeros que tienen asiento en el metrobus... o pensar en querer dar de codazos de camino a la puerta a los 127 pasajeros que viajan de pie, cuando voy sentada.

A veces pienso que, de quererlo así, los pasajeros que viajan de pie podrían poner de pie a los que van sentados... al fin, muchos de ellos obtuvieron su lugar de maneras poco ortodoxas, haciendo toda clase de artimañas y actos poco nobles...

Pero hasta la fecha no he querido encabezar la rebelión de los parados... Quien sabe, a lo mejor otro día, en que la música de una de mis compañeras de viaje no sea un reguettón y me sienta más motivada:

Pie de Guerra.
J. Sabina.

Están en guerra el hombre y la mujer,
el tonto, el listo, el gordo y el flaco,
el negro, el blanco, el debe y el haber,
Mesalina y el tío del saco.

Están en guerra el mambo y el hip-hop,
el ying, el yang, el pibe y el viejo,
Jeckyll y Hide, monsieur de Sade, Masoc,
Pilatos, la razón y el pellejo.

Ven a la guerra, túmbate de una vez
en mitad de la via.
Mientras la tierra gire y nade un pez
hay vida todavía.

En guerra están la baba y el carmín,
el duermevela y la pesadilla,
el chevalier y el puercoespin,
la extremaunción y las espinillas.

Están en guerra el cojo y el ciempiés,
los ascensores y el purgatorio,
mañana es vispera del día después
pasado flores en velorio.

Desde la Conchinchina hasta el Magreb
en Rolss Royce o en camello.
En cada esquina te
hacen páginas web
o te sellan un sello.

Están en guerra el fresco y la calor,
la calma chicha y la marejada
el ten con ten, la dicha, el resquemor
el almacén del todo y la nada

En pie de guerra el mártir y el desertor,
el tibio y el kamikaze,
puestos a desangrarnos tú contra yo,
¿por qué no hacemos las paces?

Están en guerra la sota y el as,
el espejo y el disimulo,
el hospiciano, el niño de papá,
el Einstein y el tonto del culo.

Yahvé, Mefisto, Buda, Cristo, Alá,
las solteronas y los maridos,
Bin Laden, Che Guevara, Supermán,
lo que iva a ser, la mierda que ha sido.

Ven a la guerra, túmbate de una vez
en mitad de la via.
Mientras la tierra gire y nade un pez
hay vida todavía.

Desde la Conchinchina hasta el Magreb
en Rolss Royce o en camello.
En cada esquina te
hacen páginas web
o te sellan un sello.

En pie e guerra el mártir y el desertor,
el tibio y el kamikaze,
puestos a desangrarnos tú contra yo,
¿por qué no hacemos las paces?


D.


1 comentario:

Mar dijo...

Me encantaría apoyar la moción de la rebelión de los parados de no ser porque, como dices, también conozco la comodidad de viajar sentada mientras una muchedumbre se apretuja entre sí viajando de pie.

Como sea, Sabina es un máster.

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