Cuando me toman desprevenida, digo la verdad...

Hoy salí tarde del trabajo.

Me saludó el encargado de cuidar los automóviles en un edificio de departamentos cercanos.

- Hola. ¿Cómo te llamas?

Cuando me toman desperevenida, digo la verdad, así que lo dije mi nombre verdadero.

- Oye, quería que supieras que siempre que te veo pasar me da mucha alegría. ¿Tienes novio?

- No- (De nuevo, aplica el título del post)

- ¿Y que vas escuchando?

No supe decir que clase de música es Nena Daconte, así que mejor le presté un auricular.

- Que música tan triste, ¿por qué te gusta?

- ¡Es muy buena!

- ¿Te han hecho daño?

- No.

- ¿Hasta donde vas?

- Por el aeropuerto... (verdad a medias, ya estaba más a la defensiva)

- ¿Te puedo acompañar?

- Claro, a la estación del Metrobus- Sólo era media cuadra.

- Vaya... es que tengo que trabajar, pero ¿mañana vienes?

- No, los sábados no trabajo. (Verdad harto conveniente)

- Bueno, te veré después.

- Sí, seguro.

¿Ven? Cuando me toman desprevenida digo la verdad.

Pero sólo dura un momento.

D.

3 comentarios:

Espaciolandesa dijo...

Jejeje... también me pasa.

Me precio de no saber mentir... pero la verdad es que cuando quiero, miento muy bien.

Pero será nuestro secreto ;)

Juan dijo...

tú y tu pegue aaaah!! jajaja que envidia =P

Darina Silver dijo...

Pequeña:

Yo sé guardar secretos. Creo.

Juan:

Cual pegue! Estás muy equivocado.

Un abrazote, Juan.

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