Lo que se pierde, ya no es de nadie

Si usted es un lector frecuente de este blog, o si ha escuchado la canción de Sabina, sabrá que "El barrio donde habito no es ninguna pradera..."

Pero creo que esto de la descomposición social cada vez llega a extremos más perturbadores.

Y es que el sábado, cuando me disponía a salir a una comida, crucé a la acera contraria al ver una mano tirada en el piso, junto a un sofá abandonado, de color amarillo.

Pensé que la mano le pertenecía a un indigente, que suele andar por allí, con una pierna vendada.

Pero no, esta ocasión se trataba de una mujer sin hogar, que yacía en el piso, sin ropa interior.

La figura: la mujer medio desnuda, tirada a un lado del sofá amarillo lleno de botellas de refresco y basura, me llegó a perturbar en diversos grados...

Y más tarde, mientras pensaba en aquella mujer, en el metro, que dejaba caer uno de sus broches.

Pensé en el destino que tendría aquel broche: sería pisado, se ensuciaría. Dejaría de ser un broche, hasta ser un pedazo retorcido de metal...

Así los seres humanos que caen lejos del entramado social, que se pierden en el camino de la vida.

Aquella mujer alguna vez fue hija, hermana, quizá madre...

Aquella mujer ahora era igual que el broche: sin un sentido, sin una función en la sociedad, perdida...

Lo que se pierde ya no es de nadie. Lo que ya no es de nadie, ya nadie lo cuida.

Si no fuéramos seres sociales, seríamos solo pedazos de carne, desnudos en las banquetas.

D.

6 comentarios:

Unknown dijo...

en el camino de retorno a la barbarie, así va el mundo. qué podemos hacer para cambiar el rumbo??

un beso con conciencia social para usted, miss D.

Darina Silver dijo...

Médico:

Gracias por el beso con conciencia social, es justo lo que requería para iniciar la semana, médico...

Bien diagnósticado.

D.

Espaciolandesa dijo...

Qué fuerte anécdota y qué acertada metáfora.

Y tristemente nos acostumbramos al paisaje, a ver a esas personas como objetos más que ya no le son útiles a nadie.

Es como para ponerse a llorar.

Espaciolandesa dijo...

Qué fuerte anécdota y qué acertada metáfora.

Y tristemente nos acostumbramos al paisaje, a ver a esas personas como objetos más que ya no le son útiles a nadie.

Es como para ponerse a llorar.

Espaciolandesa dijo...

Qué fuerte anécdota y qué acertada metáfora.

Y tristemente nos acostumbramos al paisaje, a ver a esas personas como objetos más que ya no le son útiles a nadie.

Es como para ponerse a llorar.

Espaciolandesa dijo...

Ps... puedes eliminar los excedentes dándole click al bote de basura y poniendo palomita en "¿borrar permanentemente?".

Y ni huella quedará.

Este también puedes borrarlo :P

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