Reflexiones desde el café de la Sirenita

Hoy pasé cerca de una hora enfrente de uno de esos cafés de la conocida marca que tiene una sirena... Esperaba a una amiga y pensaba en los muchos temas de los que quiero escribir algún día. Los iba anotando en mi teléfono celular, mientras tenía paciencia.

Luego se me acabó la paciencia y me puse a pensar en algo que últimamente es inevitable para mí. ¿Cómo he llegado a fastidiar todas las relaciones humanas que me parecen importantes?

Bueno, no todas. Las románticas, principalmente. Las amistosas también, tampoco soy miss simpatía. Pero sobre todo me molesta que nunca sé actuar de manera correcta. Me siento en medio de una paradoja de Bart Simpson. "Malo si lo haces, malo si no lo haces".

Al final mi amiga si llegó, elegantemente tarde y me la encontré en el metrobus, cuando ya subía yo, derrotada por los demonios de la impaciencia.

Y en cuanto llegó empezó a decirme que su vida emocional también estaba devastada.  Aunque profesionalmente está muy contenta y cosecha éxitos diarios, sigue sin entender que rayos pasa...

Ella me contó que está leyendo ese libro de "Los hombres son de marte y las mujeres de venus" y que a diario le sirve para torturarse, pensando en todas las cosas que hizo mal en su relación anterior.

No le dije que yo pienso que esos libros son una terrible perdida de tiempo... pero bueno, mientras hablaba me acordé en la frase de Sartre, "nunca se ha creído en tanto, como ahora que no creemos en nada".

Así que, ante la duda, pongo a su consideración amable lector...

¿Debería leer yo ese libro? ¿Le gustaría a usted encontrar una reseña de mis andanzas en la tierra de la autoayuda? ¿O mejor sigo trabajando en los seis temas que anoté en mi celular antes de sacar mi látigo de autoflagelación?

Duda existencial, como de costumbre.

D.

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