Soy una persona muy saludable. Rara vez me duele algo y nunca he tenido una fractura o una enfermedad grave. Nunca he estado hospitalizada y la última vez que estuve en el doctor fue el año pasado.
Quizá por eso me siento cómoda moviendo muebles y haciendo esfuerzos... pero me sobrepasé el miércoles pasado, cuando intenté pasar una silla por encima del escritorio y me destrocé la piel del nudillo de mi dedo índice derecho.
Lo raspé contra la pared de tal forma que sangró como si hubiera decidido emprender a puñetazos contra el yeso.
Nunca había notado en todo lo que intervienen los nudillos.
La verdad su rugosidad hace que pasen desapercibidos, pero ahora me doy cuenta de que ya no puedo tocar las puertas como antes...
D.
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2 comentarios:
sí caray, uno siempre nota estas cosas cuando fallan, fuck!
Je, si... no te percatas de lo maravilloso de tu cuerpo hasta que duele.
D.
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