Sabanas blancas

Ayer dormí en una cama matrimonial, toda para mi.

Y tu fantasma pasó a visitarme.

La verdad no me imaginaba que pudieras llegar a la tranquilidad de mi lecho, dado que ni siquiera estaba en la ciudad donde vivo...

Pero allí estabas tú, tan tranquilio.

Y ahora, en mi cama de siempre, sin sabanas blancas, sin fantasma...

Pienso en evocarte, con un par de palabras.

D.

D.

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