Un dulce olor ausente

En ese momento su ausencia se hizo más pesada, casi tangible, como si de la nada se hubiera materializado un vacío.

Supe que hacía mucho no acudía a mis recuerdos, pero eso no evitó que su presencia se manifestara en una música especial, que guardaba entre los labios para su regreso.

¿Cómo se puede dar vuelta a la hoja, si estás esperando encontrarlo en la siguiente esquina?

La nariz sobre el cristal y los recuerdos... No tengo a quien dedicarle canciones cursis, ni en donde estrellar mis labios cansados de besar, besar y besar.

Simplemente tengo mucho sueño, ese sueño no se acaba y deja el espacio para tu nombre, para soñarte, para caminar en aceras calientes sin fijarse en las quemaduras de los pies, siempre que sea hacia tus brazos que son un bálsamo de frescura y esperanza.

Voy a navegar en tu boca de menta fresca, en tu brazos de leche y miel...

Paraíso donde la ausencia ha olvidado detener el tiempo y ahora me recibes, como ayer.

Despego el cristal de la ventana. Sólo estaba soñando. Le doy vuelta a la hoja y pongo, esta vez, el separador, para no olvidar.

D.

1 comentario:

Iquingari dijo...

Ya había olvidado lo buena que eres con estas cosas, me hiciste sentir mucha nostalgia... gracias :D

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