Recuerdos del pasado


-¿Qué piensas de lo que pasó el sábado primero?- me preguntó mi abuelo esta tarde.

- Se me hizo muy sospechoso... ¿Y tú que piensas?

- Me recordó demasiado a "El Halconazo"- dijo, muy serio, haciendo referencia a los hechos ocurridos en la Ciudad de México el 10 de junio de 1971, cuando una manifestación estudiantil fue reprimida de manera violenta por un grupo paramilitar del estado conocida como "Los Halcones". En ese entonces, el presidente en turno, Luis Echeverría, se desligó de los hechos: nadie fue presentado ante la justicia. Echeverría ya era tristemente celebre por ser el autor intelectual de la represión del movimiento estudiantil de 1968.

Creo que a muchos nos tomó por sorpresa lo violento del enfrentamiento de este sábado 1 de diciembre. Se esperaban manifestaciones, sí. Consignas, claro. Exigencias y posicionamientos. Pero tuvimos mucho más. Para algunos, de más edad, fue como un dejá vu. Para los más jóvenes, un golpe contra la pared. Para los detenidos, heridos y demás involucrados directamente: una pesadilla muy larga, que para muchos aún no termina.

Durante el día los manifestantes se movilizaron a diversos puntos de la ciudad. (1) http://www.sinembargo.mx/04-12-2012/450051.  Desde temprano, los enfrentamientos en Eduardo Molina alertaron a los manifestantes sobre lo que podía esperarse: las balas de goma y el gas lacromógeno hicieron su aparición. Evidentemente las cosas han cambiado desde 1971 y la presencia de equipos de grabación y fotografía nos permitieron tener más testimonios de ambos lados del enfrentamiento: en San Lázaro hubo piedras, petardos, bombas molotov... pero las cámaras de los medios masivos se han concentrado en repetir una y otra vez las tomas que se grabaron después, en el centro: vidrios, fuego, saqueos.

Incluso hasta el día de hoy, las imágenes que reproducen la televisón son las de los robos a comercios, los escaparates rotos, los reprobables daños a propiedad pública y privada en el centro de la ciudad. Las cifras que se manejan de millones de pesos en pérdidas deben ser justificadas. 69 personas fueron consignadas por estos hechos. ¿Cuántas de ellas son realmente responsables?

La participación de un grupo infiltrado entre los manifestantes, especialmente diseñado para crear el caos, es una constante: la duda persiste, más en la mente de quien ya vio hechos parecidos. Las similitudes con otras etapas de nuestra historia nacional parecen escabrosamente peligrosas y el objetivo no suena descabellado: por medio del miedo y la represión, las manifestaciones perderían fuerza y credibilidad. Para el nuevo régimen sería más sencillo dirigir a un país con miedo que a una población exigente, demandante y consciente.

El clamor de las personas que pedían castigar a los culpables de los saqueos es fuerte y la idea es que sea más fuerte de la voz de los que manifiestan su inconformidad, su necesidad de colocar puntos en la agenda. Pero, pese al descrédito, sigue siendo importante buscar medios para dar a conocer los puntos de vista de quienes disentimos: las cälles no son los únicos espacios para manifestarnos. Y mientras exista la voluntad de dar a conocer una idea, se encontrarán los medios para hacerla llegar a sus destinatarios.

D.

1 comentario:

JM dijo...

Y tu abue tiene toda la razón, lo del 1 de dic. de este 2012 fué un copycat del 71 y del 68, jamás dejaron de existir los halcones y esperando equivocarme yo diría que apenas es el comienzo de lo que está por venir. Saludos =)

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