Después de haberme quedado casi dormida en la primera entrega de Crepúsculo, no era de extrañar que tuviera cierto recelo ante Hermosas Criaturas, que entra en la categoría de Teen movie.
Sin embargo fue una sorpresa agradable ver que está mejor llevada (no tan buena como los Juegos del Hambre, que fue mi hit en este género del año pasado).
Llegué por pura casualidad a la función y disfruté bastante de la historia, aún sin saber de la tetralogía que está detrás de Hermosas criaturas y los Casters, como son llamadas las criaturas con poderes mágicos en este universo.
En particular me pareció simpática la crítica al extremo conservadurismo de algunos sectores de EU. Es cierto que es una crítica muy light, inserta en el mismo sistema, pero aún así creo que tiene valor reflexionar sobre la importancia de buscar la personalidad propia.
Me emocionaron también algunas referencias a libros, como el texto de Bukowski que une a los protagonistas.
Claro, también da que pensar que Bukowski sea una lectura apta para brujas (perdón, Casters).
Hermosas Criaturas es una historia de amor entre dos chicos diferentes, que tienen que sortear pruebas y obstáculos para que al final su amor triunfe. Tan simple y tan complicado como esa historia que ha tenido dándo vueltas al mundo desde el mito de Orfeo y hasta la fecha, pasando por Romeo y Julieta, la Traviatta y demás.
¿Cómo no iba a dar resultado en un mundo mágico?
El personaje más deleitable de la cinta: la prima malvada de la protagonista que además de tener un cuerpo de infarto, es muy simpática en su malvada confrontación.
Vean Hermosas Criaturas si tienen una tarde libre de domingo o un miércoles con palomitas.
Tres estrellitas.
D.
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