Lo pendiente

Acá van las cosas que debí decirte, pero que era muy cobarde para decir. Ahora que todo ha cambiado creo que ya no importa mucho que sea una declaración pública.

¿Cómo sabes que alguien llegará a ser muy importante en tu vida? ¿Suena una campana? ¿Hay un timbre que te permite darte cuenta de ello? ¿Se encienden luces a tu alrededor?

A veces es como una filtración en una pared, que sólo notas cuando los signos visibles ya están a la vista. ¿Y cómo reparar esa pared del corazón, filtrada con tu nombre por todas partes, como un salitre imposible de quitar?

En la primera llamada que tuvo tu nombre, en el primer golpe de luz sobre tu sonrisa, en el primer contacto de mi piel en tus dedos, pueden atestiguarse transformaciones...

Pero es triste pensar que esa transformación quizá sólo se da en uno de los dos. Y la falta de coraje para preguntarte si sientes lo mismo o sólo te dejas llevar por el momento fue lo que me ha perdido en el camino.

Incluso al creer que sentías lo mismo por mí, dar un paso atrás y darme cuenta que tenía miedo fue suficiente.

Ahora no importa. Ahora no puedo ni  haré nada. Sólo saco de mis dedos lo pendiente. Ahora sólo te cuento como fue, para que no tengas dudas de que lo mío fue un total acto de cobardía.

D.

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