El fantasma de Aomame

Me quedé en el aire.

Haruki Murakami me dejó en el aire con el final de la segunda parte de "1Q84", del cual me quejé acá .

Entonces, A. en su generosidad y belleza de alma, me regaló el tercer libro, para no dejarme con la duda de cómo terminarían las historias de estos intrigantes personajes.

Debo decir que estoy triste porque, a mi forma de ver, quedaron demasiados cabos sueltos en la historia y el final me pareció excesivamente cursi; ya sospechaba yo de esa dificultad de Murakami para lidiar con los finales, porque, aunque disfruté mucho de Sputnik, mi amor, el final se me hizo de lo más anticlimático.

Ahora, cuando se trata de 1Q84, me parece meritorio mantener el hilo conductor con un nuevo personaje que me encantó: el de un detective que ha decidido tomar la vida con sus buenas y malas...

Pero en contraste con el bien llevado personaje que es el detective, vemos desdibujarse la personalidad de Tengo y Aomame, quienes tardan 600 cuartillas más en decidirse a buscarse mutuamente.

Eso vuelve muy lenta la tercera y última parte de la novela: en el mejor de los casos, se dirá que es "paja" bien hilada.

¿Cómo disculparle a Murakami este rodeo? ¿Podré, alguna vez?

Lo pensaré. Muy seriamente.

La última parte de la novela tiene 3 estrellitas... Manejese con precaución.

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