Recuento anual (2da parte)


Este año tuvo muchas cosas buenas. La verdad creo que me ha dejado muy satisfecha, llena de bendiciones. A veces la vida nos da lo que necesitamos, no lo que pedimos. Aunque mis propósitos no se realizaron del todo, como ya les conté, creo que hubo pasos firmes hacia adelante, con dirección a las metas que he tenido, no sólo en 2013, sino en la vida.

Cine

Vi las siguientes películas:

Cloud Atlas
Los mejores temas, de Nicolás Pereda
Amour, de Michael Haneke
Había unna vez en Anatolia, Nuri Bilge Ceylan
Tlatelolco
Hermosas criaturas
Oblivion
Barbara, de Christian Petzold
El conjuro
Percy Jackson y el mar de los monstruos
Elysium

Teatro

Fui a ver La voz humana y Cats

Libros

La inmortalidad, de Milán Kundera
Las memorias de Adriano, de Margarite Yourcenar
Corazón tan blanco, de Javier Marías
El reto de Starbucks, del CEO de Starbucks
Ciudad, lugares, gente, de Evelia Reyes Díaz
Invitación a la ética, de Fernando Savaer
El club de la pelea
Brama, de David Miklos
En tierras bajas, de Herta Müller
1Q84 (Las 3 partes), de Haruki Murakami


Eventos importantes

Este año hubo muchas muertes. Muertes cercanas, muertes un poco más distantes. Todas me afectaron de distintas maneras: la abuela de una de mis mejores amigas, el hermano de mi amiga de más tiempo atrás, la muerte de una de mis tías abuelas, la muerte de un amigo a quien hacía años no veía, la del primer hombre que me ofreció un empleo... La muerte del padre de E.

Dice E. que es difícil cuantificar todos los beneficios espirituales que te da estar cerca de alguien moribundo. Pone todo en perspectiva.

En febrero terminé una relación importante en mi vida. Y anduve con el corazón roto una buena parte del primer semestre del año.

En marzo mi hermana se mudó, un evento inesperado que cambió la dinámica familiar. Eso no lo esperábamos.

En abril doné mucha ropa para que un conocido pudiera tomar un diplomado. Me sentí muy bien de colaborar en una buena causa.

En mayo mi abuela enfermó y pasé un cumpleaños muy gris y desdibujado. Estábamos preocupados por ella.

En junio visité el museo Soumaya con mi amiga J. de los días más divertidos del año.

En julio murió el hermano de M. fue algo imposible de creer para mí. Era muy joven. M. decía que algún día nos casaríamos. Era músico y fue una tragedia en todo sentido.

En septiembre murió mi tía abuela y fuimos a visitar a mis bisabuelas, que descansan en el Panteón francés.

En octubre fue la entrega de mi diploma en el club de Industriales. Me encantó esa noche.

En noviembre me fui de viaje a Punta Mita, Nayarit. Fue una delicia patrocinada por mi trabajo en la revista.

En diciembre fui a dejar mi globo al árbol de los deseos navideños más grande del mundo...

¿Y qué traerá el 2014? No se pierdan el post de mañana.

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