El gato fantasma: La vida secreta de Walter Mitty

Esta mañana fui a ver "La vida secreta de Walter Mitty", una película en la que seguramente los soñadores del mundo nos podríamos ver identificados. ¿Pasamos más tiempo en ensoñaciones que en la realización de nuestros objetivos?

No sé si todos podamos ver con claridad en que momento fue que dejamos atrás una parte de nuestros "sueños infantiles" y entramos a la "Vida adulta" llena de responsabilidades y hojitas de balances contables, presupuestos y fechas de pago.

Supongo que a todos nos gustaría ser astronautas, bomberos, cazadores de tesoros o (en mi caso) escritores.

Pero el mundo también necesita otras profesiones y no hay nada de malo en hacerlas; tampoco hay nada de malo en pagar las cuentas; tampoco hay nada de malo en admitir que, quizá, nunca veas los glaciares.

Creo que eso de andar recorriendo el mundo también es un deseo bastante occidental; ¿los pastores de Afganistán pensarán en la necesidad de conocer Brujas o en recorrer las calles de Nueva York?, ¿en dónde está realmente nuestra felicidad?, ¿es que el trabajo cotidiano, bien hecho, que nosotros podríamos realizar no tiene algo de maravilloso?

Puede ser que a nadie consuele ver esas fotos de los sueño que quería realizar. Yo aún estoy pensando en ir a sacar mi pasaporte que venció hace años...

La película de Walter Mitty me hizo pensar en que muchas veces pasamos por alto la belleza de las cosas que nos rodean: estamos realmente obsesionados con otras ensoñaciones que perdemos el tren y la ocasión de hablar con esa persona que nos encanta.

El año pasado me reencontré con personas de mi pasado a quien nunca había considerado más que escenografía. Curiosamente, son personas que comparten muchos de mis sueños y pesadillas, supongo que es porque son sueños y pesadillas universales.

Disfruté los paisajes de la película, pero creo que disfruté más la idea inspiradora de la revista Life: "Ver el mundo, enfrentar peligros, transpasar muros, acercarse a los demás, encontrarse y sentir. Ese es el propósito de la vida". (No es que no haya notado que era un comercial de dos horas de la publicación... pero bueno, sigamos con el comentario.)

¿Mi parte favorita de la cinta? La participación de  Sean Penn como el misterioso fotógrafo al que Walter Mitty persigue para salvar su empleo y recuperar el esquivo fotograma 25. Amé cada una de las arrugas de Sean Penn.

Quisiera darle cinco estrellitas a la película y un reconocimiento especial porque hacía mucho rato no había una cinta que me hiciera animarme a ir al cine sola.

D.


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