Black dog

Yo no tengo un perro negro. En realidad tengo un gato negro, con botitas blancas... Pero eso no viene al caso porque este post está dedicado a esa enfermedad mental llamada depresión.

Con el toque ñoño que me acompaña, después de sentirme mal comencé a leer sobre la depresión exógena, la endógena, los síntomas de la depresión y la depresión como síntoma.

Descubrí muchas cosas y recordé otras que seguramente había ya leído antes.

Recordé que el salmón y el pescado en general es bueno. Que hay que comer nueces y otros antioxidantes, que no debemos automedicarnos, ni aislarlos.

Recordé la importancia de caminar, de hacer ejercicio ligero, de ver a mis amigos...


Y, mientras buscaba, Marisol puso este video en Facebook. Ahora se los comparto, porque aunque mi perro negro no está bien adiestrado, siempre intento hacerle aprender nuevos trucos.

I had a black dog, his name was depression. from hiblio on Vimeo.

D. 

2 comentarios:

Espaciolandesa dijo...

A veces una misma no comprende lo que le ocurre, pero una vez que ya pasaste por eso es más fácil darte cuenta de si tienes alguna recaída.

Por eso es muy importante no bajar la guardia y saber reconocer las señales para, ante todo, saber cuándo pedir ayuda profesional.

Mi perro negro está ahí, echado a mis pies, mordiendo de vez en cuando mi tobillo para tratar de llamar mi atención u_u



Darina Silver dijo...

Espaciolandesa:

Supongo que el autoconocimiento es mejor que nada. Al menos ya no anda uno con incertidumbre sin saber que es esa sombra que parece cubrirlo todo.

Gracias por tu comentario.

D.

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