Optimismo injustificado al estilo de Lily Allen

Ayer estaba deprimida porque me enteré de la muerte de alguien que conocía. Las misteriosas circunstancias de su muerte me hicieron poner peor... bueno, cuando se trata de una persona de setenta años, que lleva mucho tiempo enferma, quizá dices "Descanse en paz"

Pero cuando es alguien joven, que muere por una complicación con una cirugía de muelas... Francamente se detiene uno a pensar.

Y como dice Café Noche: pensar produce cáncer.

Traté de calmarme llamando a mis amigos... y resultó que todos trabajaban, estaban en la escuela, durmiendo... o quien sabe que.

Y yo ansiosa por discutir los enigmas de la existencia y tal.

¿Han visto la canción de LDN, de Lily Allen?

A veces una llamada puede hacer que empecemos a ver la vida de colores, caballeros andantes cuando sólo hay motocicletas y caramelos tirados por las calles cuando sólo hay colillas de cigarros.

Salí a caminar para dejar una película que rentamos el fin de semana y intenté de concentrarme en ir transformando con la mirada lo que veía a mi paso: convertir a los niños que juegan en la calle golpeando el zahuan en futuras estrellas futbolísticas y los autos que pasan a velocidades infinitas en carros de desfile... Traté de que mi falda amarillo pollo fuera una estela vibrante y que la trenza suelta que uso sobre la espalda se convirtiera en cascada de cobre...

Imaginé que los árboles que crecen a la vera del camino a fuerza de sostenerse en el polvo eran ahuehuetes a la orilla del río, que las paredes blancas de yeso con letreros de grupos de bandas eran arcoíris polvosos y que la tienda de videos se transformaba en un castillo azul sólo superado por las fantasías de Walt Disney.

Conseguí regresar a casa sin morir atropellada en medio de aquella alucinación psicotrópica causada por mi propia imaginación...

Al menos.

D.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Las playeras se manchan; las personas se mueren; cuando llueve, te mojas.
Me tranquiliza mirar cómo todo vuelve a su cause habitual.
La rutina, si no es bondadosa, por lo menos me calma los nervios.
Iba a posterar donde escribiste del “karma” pero vi muchos comentarios y preferí venir aquí.
El suicida, el atropellado, la chica incendiada… creo que de alguna, manera todos tenemos “un”; en este caso: “un amigo/conocido/vecino/primo-del-hermano-de-un-amigo-que-tiene-hemorroides” que murió siendo joven y de manera más o menos incoherente.
¿Tienes idea de por qué nos solidarizamos con los otros exponiendo anécdotas similares? Quiero pensar que se trata de un modo de asegurar de manera fáctica que comprendemos a fondo las penas o complicaciones que sufre nuestro interlocutor.
Mi “anécdota” —menuda y macabra forma de llamarla— es la de una atractiva chica que murió incendiada.
No referiré ahora la historia porque —creo que cada vez la cuento mejor— cuando termino, todos a mi alrededor sonríen y luego… se ponen serios y me miran como si yo la hubiese matado. Pienso que hay que ser muy condescendiente para tolerar mi insensibilidad ante la muerte.
“Como un dolor de muelas aliviado”… [Si existe un Cielo] tal vez ahora ella se encuentre bendiciendo nuestro arroz, nuestro minuto.
No te enfades conmigo si en algo me he excedido porque has sido tú quien nos has hecho a todos cómplices del luto.

Darina Silver dijo...

Si, generalmente nadie sale vivo de esta vida.

Creo que morir incendiado debe de ser de lo peor... el olor de la propia carne quemada antes de perder la conciencia... Debes de tenerla muy perfeccionada para provocar esas reacciones.

¿La sonrisa es para premiar tus habilidades narrativas?

¿La seriedad es para poner en duda el que sepas tantos detalles?

Nunca me ofendería con quien me brinde alivio de luto. En todo caso pecaré de condecendiente.

D.

Indigente Iletrado dijo...

Yo tuve hemorroides.

¿Ves?

Algunas tragedias también hacen esbozar sonrisas.

Debiste hablarme. No duermo.

Darina Silver dijo...

Indy: Uh, eso de las hemorroides fue demasiada información... ¿que dirá tu clan de admiradoras?

D.

mynn r. dijo...

aloha. mmmh, no he comparado fechas, pero se me hace que este post es cercano al mensaje iluminador de aquella vez. he aceptado el reto de leer mi pseudomonólogo de la menstruación y sufrí mucho. no estoy acostumbrada a leerme en voz alta... como reto personal, hace rato me leí el más aberrante y sórdidamente personal y chas... no sé si pueda enfrentarlo la próxima semana...

es como cuando uso escotes en mi casa: al salir a la calle comienzo a estar completamente consciente. tengo que regresarme a ponerme una playera para el contraste de comodidad. qué cosas, no?

Darina Silver dijo...

Mynn:

Casi nunca nos leemos en voz alta.

Afortunadamente.

Quien sabe que aburrida cosa resultaría de los blogs autocensurados por la voz alta...

De por sí... este blog tiene una línea editorial represiva.

La verdad el mensaje que te envie al celular fue de antes... pero si... también es una especie de optimismo demencial. Ocurre seguido en mi vida.

Te quiero mucho, de aquí hasta la luna, dos vueltas y de regreso.

D.

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