Hacen falta palabras para atar las luciérnagas a las faldas de las debutantes, cuando quieren disfrazarse de estrellas cintilantes... Y luego te quedas con trozos de ropa llenos de insectos muertos...
Allá quedará la noche como un charco oscuro de aceite sobre la banqueta... No hay lluvia que pueda barrer la tristeza sobre la acera: sobre el pasto han quedado docenas de pajaritos muertos que se han caído de sus nidos con la última granizada: no hay frío más terrible que el de los granizos del verano.
Dura un momento. Un par de minutos, si acaso... Pero no hay fuerza capaz de devolverle la vida a esas aves.
Faltan palabras para escribir del amor y de la muerte...
Sólo queda escribir del vuelo de las moscas.
D.
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3 comentarios:
qué remedio
A veces quiero pensar que no escribers motivada por cosas que ocurren a tu alrededor —en el mejor de los casos— o en tu interior —en el peor de los mismos.
Es cierto... "Dura un momento. Un par de minutos, si acaso... Pero no hay fuerza capaz de devolverle la vida a esas aves."
Por lo visto, la última granizada cubrió un radio inusitadamente grande.
Por desgracia, John Bauer tiene razón e igual... lo que has escrito es muy bello, sin importar qué tan horrible haya sido tu inspiración.
[estoy de vuelta, por cierto, yo que había ido a ninguna parte]
John Bauer:
Si, nos resignamos a que falten palabras... O algunos nos inventamos otras.
Ladahir:
Hoy pasé por tu casa. Bueno, eso creo... tomé la pesera que tomabas para irte a casa. Me imagino que fue en aquella tienda de autoservicio que caí en cuenta de que seguro estaba muy cerca de donde vivías y me entró una punzada parecida al... Bueno, pondré una entrada de ello.
D.
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