Dos dedos de dolor

Existe en el ser humano algo que se llama "umbral del dolor"; es la medida de dolor que podemos resistir sin que nos "duela"; las personas que tienen el umbral muy alto, pueden pasar terribles torturas sin notar que se están haciendo daño.

Las que lo tienen muy bajo, son hipersensibles y puede llegar a dolerles que una abeja se les pare en el hombro...

El dolor, como mecanismo de defensa, nos advierte de cosas. Por ejemplo, ayer que mi abuelita me encomendó calentar las tortillas, como su estufa es distinta a la mía me quemé el dedo medio con el comal y primero se me puso rojo y luego me dolió.

Lo quité lo más rápido posible y luego le puse aguita fría. Bueno, me tardo más en contarlo que en lo que pasó...

El caso es que mi piel comenzó a sufrir cambios: primero se enrojeció. Luego con la agua fría se entumeció. Luego lo chupé, no sé si como reacción instintiva o sólo porque me reconforta... hasta que se abrió en dos. La piel ahora se ve blancuzca, no sé si se caerá o que...

No es propiamente una ampolla.

Y hoy, justo cuando iba a comenzar mi última entrevista del día, cerré la puerta que separa el corredor que da a mi oficina de la recepción con demasiada fuerza y me prensé el dedo de la índice de la mano izquierda...

Así que ahora tiene dentro un par de gotitas de sangre, coaguladas, como confeti que no fue lanzado en una fiesta. Y me duele cuando tecleo...

Pero lo curioso es (de nuevo) casi nunca me percato de cuando uso las yemas de los dedos... hasta que me duelen.

Se ven raras.

Incluso diría que bonitas.

Por eso luego la gente se hace adicta al dolor.

Yo sólo soporto dos dedos de dolor.

D.

6 comentarios:

Mar dijo...

Ahhhh... dos dedos de dolor. Suena bastante aceptable.

Yo quisiera tener coágulos de sangre que parezcan confettis internos. Ash, qué aburrida es mi coagulación. Nunca hace fiesta.

Juan dijo...

guacatelas

Unknown dijo...

Muy cierto, hay quien se hace adicto al dolor, a la miseria, a la tristeza.

Yo, como Sabina, sòlo comparto algo: "lo malo de los besos es q crean adicciòn".

Saludos!

NM dijo...

Pues sí, yo digo que uno puede hacerse adicto a todo, a cualquier cosa, tengo una nueva adicción, bueno, yo soy muy chillona y mi dedo medio de la mano izquierda me duele, me mordí mucho... un beso!

Darina Silver dijo...

Mar: Es mi limite...

¡Hoy eché confetti y me acordé de tí!

Juan Carlos: Ja. Y eso que no he contado cosas más escatológicas...

Pez:

Me gusta ser adicta a los besos.

Nat: Claro... seamos adictas a bebernos las lágrimas en dedales.

D.

Espaciolandesa dijo...

Yo vivo con algunos dolores permanentes.

Me he acostumbrado a ellos. Increíble que te acostumbres.

No podría decir cuánto aguanto.

En realidad, no sé cómo medirlo.

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