Oda a mi familia

¿Saben? En realidad quiero a mi familia. Me daba cuenta hoy, cuando hicimos una taquiza de guisados en el carro porque llovía de forma torrencial.


Me percaté que, de entre toda la gente del mundo que podría haberme tocado en suerte, ese particular grupo de humanos estaba lleno de maravillosas virtudes.

Mi tía sabe hacer unas ricas rajas con cebolla. Y mi mamá se organizó para darnos de comer a todos en menos de 2 metros cuadrados, moviendo botes y pasando tortillas. Mi primo logró servirnos naranjada a todos desde la cajuela, donde también se ocupaba de pasarnos la botana.

Mi papá, con quien a veces me aviento los rounds más espectáculares (bueno, no tanto, pero si me hace repelar) es también un hombre bueno, capaz de muchisimas cosas. Es un hombre de acción y lo respeto mucho, porque ha salido adelante en la adversidad.

Mi hermana no estaba, pero me dijo que se había quedado a cuidar a mi gato.

En eso pensaba, en eso me concentraba, mientras el agua seguía cayendo afuera. Me dio mucho gusto estar con ellos, en esos menos de dos metros cuadrados. Me sentí segura, feliz y, como hacía tiempo no podía estar: en paz.

D.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

entiendo el sentimiento a la perfección, yo también tuve suerte (de un lado de la familia,jaja), pero he sentido lo mismo que tú muchísimas veces.

Tenemos suerte, en verdad, hay mucha gente qeu sólo recibe dolor y sufrimiento...

Saludos, yo también espero ser un hombre de acción, como G.I.JOE, ah no, esas son figuras de acción, jajaja

Mar dijo...

Deveras que esas habilidades de repartición alimenticia son las que más admira uno de las mamás.
¿Cómo pueden organizarse para darle de comer a una muchedumbre hambrienta y que nadie muera en el intento?

Todas las familias tienen lo suyo. Por eso, te felicito por la oda a tu familia.

Marisolirais dijo...

Creo que muchas veces no les damos el crédito suficiente, pero a mí nadie me hace reir como mi familia, con nadie como tan a gusto. Y es que además las tías que cocinan y las mamás que saben hacer que todo alcance son una bendición. Creo que es por eso que nuestra generación ya no piensa en los hijos...¿qué haríamos?

Espaciolandesa dijo...

Ah, qué lindo...

Son de esos recuerdos que nunca se olvidan y de los que siempre cuentas... "¿te acuerdas de la vez que hicimos una taquiza en el carro?"

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