Six Lucky Star

Hoy, seis de agosto, se cumplen cinco años de que nos conocimos.

Era sábado. Llegaste tarde.

Llovió.

Recuerdo los detalles como si los reviviera. La banca de la Alameda y el color blanco de los caballos de Bellas Artes.

Recuerdo el sonido de mis pasos y también hay muchas cosas que se me pierden.

El sabor de mi sopa del restaurante chino y hasta tu frase "Mi reino por un café". Recuerdo la librería donde nos perseguíamos en cámara lenta.

Son cinco años de risas, de llanto, de llamadas a deshoras y de tu voz en el teléfono, desde muy lejos, diciendo mi nombre, como si lo reinventaras, como si de esa boca tuya mi nombre naciera de nuevo, mi corazón se dibujara y nada fuera igual, nada, nunca, por siempre.

¿Recuerdas ese día en que lloré en tus brazos?

Creo que jamás me había dado la oportunidad de llorar acompañada. Tenía el corazón roto y tú me acunaste, me protegiste, lamiste mis heridas.

¿Qué más recuerdas?

Eres mi estrella de la suerte y cada una de tus esquinas representa algo distinto para mí.

¿Te acuerdas de las entradas que escribías?

Cada vez que nos encontrábamos recuperabas los fragmentos que a mi se me habían borrado. El color de mi blusa y el bordado de flores japonesas. O la cinta de mi zapato desamarrada, que se manchó de lodo. Recordabas esos pequeños detalles y los plasmabas con toda su crudeza y realidad.

Me gustaba leer esos relatos y verme de lejos, como quien se mira con un catalejo, en una realidad muy lejana...

No sabes cuanto extrañé eso. Como me dolió cuando te alejaste, cuando decidiste fragmentar todo recuerdo de mí, como si nada hubiera importado.

¿Recuerdas la llamada donde nos reconciliamos?

Fue un hermoso regalo de reyes que pudiéramos perdonarnos. Y aún ahora siento que no he tenido regalo más grande que el hacer las paces contigo. Porque mi alma no se había abierto a nadie como se expandió ante ti, porque me dejaste ser y me dejaste enojarme. Y porque me dejaste llorar y me permitiste reír... Porque estuviste para mí en esos momentos en que sólo me quedaba llanto.

No sé si he podido corresponderte toda esa ternura, porque cuando me pedías que te grabara un poema en una cinta magnetofónica, mi voz se quebraba en una de las esquinas de la estrella...

"Tigger, tigger, silent night..."

¿Qué más recuerdas?

A veces siento que eres una estrella que me sigue desde lejos...

Cada esquina de ti, representa algo.

D.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Uuuy no sé como llegué aquí, pero lo primero que leí me golpeo, hace 5 años días más días menos, yo también conocí a alguien de internet en bellas artes y me has hecho recordalo como ya dije de golpe.. jeje... saludos

Darina Silver dijo...

Desde el espejo:

Curioso... alguna vez propuse mencionar la metáfora de Alicia en el país de las maravillas y los blogs.

Cada vez que te encuentras con un blog, es un agujero de conejo, a pequeños mundos...

Un saludo!

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