El escritor fantasma: la historia detrás del negro

En la semana una amiga me escribió para pedirme un favor, que en realidad no fue favor, porque me pagó por ello...

Lo curioso es que es algo que yo siempre había deseado: trabajar como escritor fantasma o negro.

Es decir, la persona que escribe textos para que alguien más los lea o los firme como propios.

Desde que me enteré de la existencia de estos personajes, se me hizo una labor muy interesante, pues incluye un grado de empatía muy grande, así como inteligencia y habilidad.

El primer "escritor fantasma" que conocí era un hombre inteligente, divertido y un poco tímido, que me invitó a pasear por el centro y a escuchar jazz para niños. Su viveza me asombraba y el hecho de que tuviera un trabajo tan peculiar me mantenía siempre a la expectativa.

Lo cierto es que era tan inteligente que temo que lo aburrí...

Pero mientras me platicaba de sus dificultades para escribir discursos, de mi boca no cesaban las preguntas: estaba yo realmente encantada con su labor.

Ahora que me ha llegado la ocasión de poner mis palabras "en boca de otro", siento la taquicardia previa a decir un discurso, pero un poco moderada con el agridulce sabor de que nadie lo notará. De hecho ni siquiera pienso presentarme al evento (pese a que seguro habrá vino de honor y canapés)

Larga vida a los escritores fantasmas, las plumas detrás del político, el directivo, la figura publica que todos fotografían y sale en la columna de 8.

D.

4 comentarios:

Yareli dijo...

Ya que mencionas eso del escritor fantasme, te recomiendo ampliamente la más reciente película de Polanski, que se llama justo así; The ghost writer.

Te gustará, lo garantizo!

Darina Silver dijo...

Yare:

Si! Escuché una reseña y me entusiasmó,pero no he tenido ocasión de ir.

Gracias por la recomendación

D.

Espaciolandesa dijo...

Órale... nunca he pensado en esas personas, pero ciertamente existen.

Lo malo es que entonces sabes que las cartas de los políticos deseándote feliz navidad no son muy sinceras que digamos...

Darina Silver dijo...

Pequeña:

Bueno, pero esas tarjetas no las hace un escritor, sino la asistente del director.

D.

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