Una verdad muy cierta es que, cuanto más tienes, más quieres. Así ha sido en la historia de la humanidad y el hecho se sigue repitiendo, quizá porque en enriquecimiento de unos cuantos por encima de la mayoría.
También es cierto que, lo que tú tienes tiene su valor y siempre será deseable para alguien con menos aspiraciones que tú.
El espejismo de la felicidad consiste en saber que lo que quieres, siempre estará "allá", en un horizonte imposible de alcanzar, que se escurre casi entre los dedos y se vuelve una meta más lejana una vez que te aproximas o incluso cuando lo tocas.
Nuestro eterna inconformidad nos mantiene moviéndonos a base de deseos incumplidos, de aspiraciones posibles, de prospecciones a futuro.
La brecha para alcanzar tus objetivos se abre en relación a tu condición socio económica y al potencial de tu entendimiento de lo que significa alcanzar una meta.
D.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Autopista pingüino
Autopista pingüino (2018) es una película japonesa que cuenta la historia de Aoyama al descubrir un fenómeno muy extraño en su pueblo: la a...
Acerca de mí
-
Cuando empecé la idea de llevar un blog, con otra dirección, lo llamé "Calle melancolía" y allí sí explicaba la razón del título d...
-
Hace ya cinco años, Mitzi me regaló una botella miniatura de Poeme, de Lancome. La primera vez que fui de visita a Guanajuato me lo llevé y ...
-
No sé por qué, pero las niñas que pasamos la infancia leyendo cuentos de hadas quedamos con una especie de trauma en busca de un final feliz...
3 comentarios:
Muy cierto mi estimada Darina, muy cierto.
¿Quién nos entiende? Renegamos de lo que tenemos anhelando más para luego añorarlo cuando lo perdemos.
Somos complicados u_u
muy buen blog!
por favor visita:
Fashionatted.wordpress.com
besos
"También es cierto que, lo que tú tienes tiene su valor y siempre será deseable para alguien con menos aspiraciones que tú.” aunque la sociedad se ha encargado de hacernos sentir culpables por no tener aspiraciones, considero eso el lujo del siglo, y un patrimonio del alma de un valor incalculable, la maldición del deseo satisfecho es engendrar uno nuevo, y con él, ese eterno vacío que jamás será satisfecho hasta que comprendemos la verdadera procedencia del deseo.
Publicar un comentario