Cobijada

Esa rara sensación de estar mirando al abismo, pero a la vez sentir que estás protegida; cobijada de algún modo por la buena voluntad de dios sabe quien, que te cuida de lejos: con esa mirada que te mantiene caminando, sin que sepas bien quien te observa, sin poder mirar atrás, porque sabes que te volverías sal. Sólo te queda seguir de frente.

Estas semanas me he encontrado mirando hacia el futuro. Con algo de vértigo, claro, finalmente el futuro no se puede ver sin algo de emoción y espanto. Pero al situarme en el presente me veo sostenida por un hilo tan fino como de araña... y a la vez igual de resistente y flexible.

¿Planes a futuro?

Un leve esbozo, como quien mira la llama de la fogata y sabe que dejará de arder: habrá que cortar más leña, buscar más combustible, cuidar nuevamente el fuego. Mientras te regocijas en el calor que emana de la fogata y sabes que no durará para siempre, lo que hace más maravilloso el momento.

Estoy escuchando el crepitar de la madera y cobijada con esperanza y fe, veo mi confianza crecer como una columna de humo en medio del bosque. Todo lo rodea y todo lo va impregnando.

Han sido unas semanas renovadoras y a la vez agotadoras.

¿Qué vendrá ahora?

D.


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