Las palabras. Las palabras que se cuelan. Se cuelan en el alma. Lo inundan todo. Las palabras lo inundan todo. Se cuelan en el alma y abren huecos. Se cuelan en el corazón y lo van perforando, como perfora una gota constante la piedra.
Las palabras que taladran y que roen la tierra. Las palabras que abren surco y vereda, que se vuelven río y torrente. Las palabras que traen secretos que quizá no deberíamos escuchar, que no podemos parar, porque aunque podemos cerrar los párpados y dejar caer la oscuridad, no podemos cerrar los oídos y las palabras siguen labrando el camino del destino que nos tienen predibujadas.
Que blanca belleza es la ignorancia: el corazón tan blanco al que se refiere Shakespeare es la semilla que da origen a la novela "Corazón tan blanco".
Ya he leído de Marías "Mañana en la batalla piensa en mí", que también retoma un tema Shakspereano para contar una historia moderna de amor y desamor, pero sobre todo de los juegos de la mente, que el intelecto nos traza para llevarnos por historias de personajes con secretos...
Y es que un secreto deja de serlo cuando lo conoce más de una persona. ¿Cómo cambia nuestro destino por saber un secreto? ¿Qué secretos hemos guardado? ¿Es que podemos compartir todos nuestros secretos con alguien, realmente? ¿Qué peso transferimos a quien comparte un secreto?
El trabajo de Marías para conducirnos en la novela es maravilloso. Sus personajes están muy bien dibujados y las pequeñas historias secundarias hacen aún más disfrutable la historia.
Definitivamente entrará en mi Top 5 de libros de este año, se los recomiendo ampliamente. Cinco estrellitas.
D.
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