Defensa apasionada del idioma español, de Alex Grijelmo

No sé como conocí a Alex Grijelmo. No sé si fue en una clase o sólo me di con él en la nariz después de mucho visitar el puesto de Alfaguara.

No sé si ese libro de "La seducción de las palabras", que fue el primero que de él leí me hizo un guiño, se levantó la falda, se bajó la manga para enseñarme el hombro o simplemente caminó frente a mis ojos y me dijo "llévame".

Pero cuando tuve ocasión de comprar "Defensa apasionada del idioma español" no lo pensé dos veces.

Y es que, no hay nada más alevoso que dejarse seducir por un ensayo: ya sabe uno que las historias tienen sorpresas, pero finalmente quien compra un ensayo tiene un mayor grado de complicidad, pues va a irse a jugar al patio de la mente de alguien más.

Eso me ha pasado con "Defensa apasionada del idioma español", que es propiamente un libro de amor hacia un idioma que tanto nos da y tan poco le agradecemos. Al ser el segundo idioma más hablado en el mundo, después del Chino, poco hacemos por mimar estas palabras que nos son enseñadas desde la infancia.

Y es que el libro de Grijelmo parte de la gran suerte que tenemos de compartir el idioma con tantos países, tan ricos y tan distintos entre sí.

¿Deberíamos simplificar el español, para que en su sencillez sea accesible para esta gran masa de hablantes? Grijelmo dice que no, que por el contrario, debemos fomentar la diversidad que es también riqueza. Tan sólo en un vistazo a mi derecha leo todos los verbos que han sido usados con la letra A en mi blog a manera de etiquetas.

Abrazar, abrigar, abrir, acampar, aclarar, aconsejar, actuar, adaptar, adiestrar, administrar, admirar, admitir, adquirir, advertir, afanar, afirmar, agandallar, agitar, agradecer, agrietar, aguzar, alcanzar, alienar, aliviar, alucinar, amanecer, amargar, amontonar, andar, anhelar, anotar, anticipar, anuidar, apagar, apellidar, aplaudir, apostar, aprender, aprehender, archivar, arder, argumentar, armar, arriesgar, arruinar, aseverar, asociar, aspirar, atisbar, atrapar, atrever, avergonzar, avisar, ayudar, azotar y añorar...

¿Cabría esa riqueza en otro idioma? Posiblemente sí, pero si ya poseemos el nuestro, ¿es en realidad necesario dejarse avasallar por esos préstamos que parecen ser propios de esta era tecnológica en que la informática nos trae palabras por montón y los anuncios nos quieren vender un estilo de vida a base de copiarse no sólo formas de ser, sino todo un lenguaje?

Grijelmo se pone en pie de guerra, ferreo defensor del idioma español y con ello nos lleva por los caminos que han desenvuelto en español en distintos caminos y veredas.

No sólo de manera pacífica, es cierto, la letra española está teñida de sangre y desconsuelos; pero ha recibido de tantas otras naciones préstamos que nunca ha devuelto que es una lengua rica y generosa.

Me encantó la defensa que hizo Grijelmo y la recomiendo mucho. La calificaría con cinco estrellas y una medalla al valor.

D.

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