Decía Coco Chanel que una mujer que se corta el pelo está dispuesta a hacer un gran cambio en su vida.
Me pregunto si algo parecido se podrá aplicar a quien borra años y años de su bandeja de entrada.
Hoy me asomé al espacio de almacenamiento de mi correo y me informó que tengo muchos "bytes" agotados por causa de cientos de promociones que no aproveché, cartas de amor que murieron en el intento de llegar hasta la otra orilla y concursos en los que me agradecen por participar.
No más.
Decidí purgar mi bandeja de entrada.
Es un poco echarle limón a la herida, porque por allí, de entre los 50 en 50 que voy borrando aparece algún reclamo de A "Cuando me querías" me dice, desde el presente/pasado.
También links a canciones que me envió Y. cuando era mi cómplice musical.
Trabajos que tuve, trabajos que amé, cosas que hice. Cosas que nunca te dije.
Esta cuenta de correo tiene menos carga emotiva que mi cuenta de Hotmail (que también dejé vacía).
Un par de poemas perdidos que comenté. Fotos.
Correos de Letras escondidas, de Sala de Escritores, de las mil empresas en las que envié CV cuando estuve desempleada en el año de mi reinvención.
Una época dedicada a Bloguear y comentar diario.
Fue bastante liberador.
Por si ocupan.
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