Entre céfiros y trinos

Hoy es día de la bandera.

Hace mucho no pensaba en esa fecha, después de mi época escolar los signos patrios dejaron de tener tanta importancia.

Apenas y me generaron un poco de risa cuando en aquella solemne ceremonia tuvieron que interrumpir el Himno nacional porque alguien descuidadamente dejó la versión extendida en un acti diplomático y los invitados se cansaron de cantar.

Se me escurrió alguna lagrimita cuando, frente a una medallista olímpica el recuento de sus emotivas justas le hizo tener un nudo en la garganta al tratar de describir lo que se siente que se siente ver elevarse tu bandera tras tantos años de preparación y esfuerzo.

En alguna ocasión platicaba con G. sobre el Himno nacional, tal bélico y xenófono, combativo y aguerrido, poco apto para tiempos de paz, pero muy entendible en su contexto.

G. me preguntaba que si no necesitaríamos un himno menos aguerrido, algun canto que nos hiciera llenarnos de amor, empatía y gozo.

La verdad la única razón por la que me acordé que era día de la bandera fue por la controversia que levantó el Toque de bandera en versión cumbia.

El Toque de bandera siempre fue de mis partes favoritas de la ceremonia de los lunes. Me gustaba entonar con fuerza "Se levanta en mástil mi bandera, como un sol entre céfiros y trinos..."

(No sabía que era un céfiro, pero la bandera elevandose al sol me llenaba de un calor especial el cuerpo. Ese día llevaba falda y zapatos blancos, generalmente el pelo en una coleta. Dientes lavados)

Yo me siento, contento, latir mi corazón.

Es mi bandera la enseña nacional: son estas notas su cántico marcial.

Y luego, la duda. ¿Debemos de por si amor vivir o morir?

Vivir, yo diría.

D.

1 comentario:

Espaciolandesa dijo...

¿Y qué es un céfiro? :P

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