La canción del té

Después del mes de enero, que me dejó triste por lo que cuento acá, febrero comenzó a mejorar poquito, con un par de invitaciones que llegaron del trabajo.

La primera me dio la oportunidad de tomar el sol el fin de semana del 14 de febrero, así que no tuve que pensar en dilemas románticos autoinventados.

Y luego llegó la invitación a conocer la Academia Mexicana del Té.

Como de costumbre llegué temprano y pude platicar un poco con los fundadores, quienes me contaron de su pasión por esta bebida.

Pero mientras hacían la presentación y tomaba nota del simbolismo de la ceremonia tradicional del té me di cuenta de algunas cosas que aplican bien para la vida.

1. La tetera: una misma tetera de barro va tomando la energía del té que contiene. Después de servir cerca de 5000 servicios de té, la tetera ha cambiado. Se debe usar un solo tipo de té por cada tetera, porque la energía del té se transfiere. Todo lo que nos toca deja un poco de su energía en nosotros, aunque apenas lo notemos.

2. El agua: el agua es la mayor parte de nuestra taza de té, así que debemos de elegirla con sabiduría. Un monje decía que sólo se puede usar el agua del rocío de la mañana para una taza de té perfecta. Hay que cuidar de dónde viene el agua y entender que el destino del agua es fluir, transferir la energía, no permanecer.

3. El té: cuenta la leyenda que el emperador que descubrió el té gustaba de conocer los efectos de distintas plantas en su cuerpo. Una mañana paseaba con su corte, probando aquí y allá plantas, algunas de las cuales eran incluso tóxicas. El emperador se comenzó a sentir mal y le pidió a su comitiva que se detuvieran para descansar y hervir un poco de agua. Entonces el viento arrojó las hojas de té al agua hirviendo y el monarca se percató de que esa bebida no sólo era buena, sino que le había curado los malestares por probar las otras hojas.

4. La oxidación: No todas las presentaciones de té son iguales, aunque provengan del mismo árbol. Hay té blanco, verde, amarillo, azul, rojo y negro. El color depende de la oxidación que presente y a menor oxidación se debe usar agua a menor temperatura para no perder las propiedades del té.

5. Las impurezas: Al servir la primera taza de té probablemente habrá impurezas, esto es natural. El té se va develando y va descubriendo sus secretos. La primera taza no es igual a la segunda taza, ni la segunda es igual a la tercera. Es como conocer a una persona, que va contándote quién es.

Cuando uno sirve el té eleva la tetera al nivel del corazón, el agua y el té también lo limpian. Esa tarde salí con una cancioncilla en los labios y un sabor fresco en la boca.

D.

1 comentario:

Espaciolandesa dijo...

Órale... todo tiene su gracia. Pero una que toma té de cajita ¿qué va a saber de esas cosas? u_u

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