Los ocho más odiados

No, esta no es una entrada sobre ex novios. (Luego haré una igualita, pero de ex novios)

Es sobre la película de Tarantino, que fui a ver el fin de semana y que me dejó un sabor de boca agridulce.

Primero porque tengo una clara desviación con las películas que tienen un giro detectivesco, estilo "Quién es el culpable" y esa deformación me impide ser muy objetiva.

Segundo porque desde que mi abuelo me puso "El bueno, el malo y el feo" en su casetera supe que tendría una relación de amor con las películas de Wester que afectaría el resto de mi vida.

Los ocho más odiados no es la excepción. Aunque es ridículamente larga la disfruté mucho. (Dura 174 minutos, así que más les vale que no tomen agua antes de verla o tendrán que ir corriendo al baño,  como yo lo hice).

La película está dividida en capítulos y cada uno de ellos tiene su título y su razón de ser. El primer capítulo narra el encuentro del Mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson) con una carreta en la que viaja Jhon Ruth, el Verdugo, un caza recompensas interpretado por Kurt Rusell que trata de transportar a la peligrosa Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) a la ciudad más cercana, Red Rock.

Samuel L. Jackson intenta negociar su transportación porque se acerca una tormenta, a lo que "El Verdugo" acepta de mala gana; tras despojar a Jackson de sus armas se dirigen a buscar un refugio en la Mercería de Minnie: ya cerca de llegar encuentran al sheriff Chris Mannix, quien también solicita un lugar en el transporte para evitar la terrible nevada.

El conflicto se produce en la Mercería de Minnie, cuando los viajeros se encuentran con los otros cuatro personajes de la historia: Bob "El mexicano" (representado exageradamente por Demián Bichir), Oswaldo Mobray (el inglés Tim Roth); Joe Cage (Michael Madsen), un viajero de pocas palabras y el ex General Confederado, Sandy Smithers, interpretado por Bruce Dern.

Los conflictos raciales y las viejas rencillas producto de la guerra civil que enfrentó al país algunos años atrás van escalando y se convierten en los disparadores de la tensión en la trama. El diector juega con el personaje del narrador con una voz en off que después desaparece. Algunos diálogos son elocuentes, mientras que otros son absurdos y cansados.

Lleven buen abrigo, porque las escenas en exteriores provocan mucho frío (no tanto como en "El renacido" pero yo sí terminé frotandome las manos). Además hacia el final se pone muy Tarantino, así que pueden esperar muchos disparos, sangre y tributo a lo gore. Sin ser el mejor trabajo del director, definitivamente cumple el cometido de una visita al cine: entretenimiento y contar una historia con buenas actuaciones.

Finalmente, dejo una mención especial para la música, que está a cargo del brillante y talentoso Ennio Morricone. Si quieres hacer un Western más vale que te acerques al mejor y sin duda Morricone sabe lo suyo.

D.

3 comentarios:

Renata Solleiro dijo...

Hola Darina, pues yo también la estaba espetrando mucho, pero no he leído las mejores críticas. Por supuesto es muy difícil llegar a crear la mágia de "el bueno, el malo y el feo". En fin, buscaré un espacio para verla y ya la comentamos. Saludos!

Espaciolandesa dijo...

¿Y las estrellitas?

¿O no dabas estrellitas? :/

Darina Silver dijo...

Hola Ren:

Yo creo que no está en la misma lónea que El bueno, el malo y el feo. Es una película con el sello de Tarantino por todas partes, desde la elección del elenco hasta el final y su giro de tuerca.

Espero tus comentarios.

Espaciolandesa:

¡Sí! En otra temporada di estrellitas.

Esta tendría cuatro.

¿Te gustaban? ¿Debería recuperarlas?

D.

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