No tendrás rostro, de David Miklos

No tendrás rostro, de David Miklos, transcurre en un mundo Apocalyptico, en el que la violencia ha terminado con la civilización y apenas unos pocos se han salvado.

Fino, quien tuvo el acierto de dejar la ciudad y viajar a la costa antes de que la violencia empezara, lleva una vida tranquila en la costa, fermentando tubérculos para hacer alcohol y cambiando dicho alcohol por lo necesario para vivir.

Lleva una vida tranquila en una cabaña propiedad de su amigo Blumenthal y tiene una relación semi perfecta con la Rusa, una mujer amazónica con la que tiene una vida sexual muy feliz.

Sin embargo Fino tiene asuntos pendientes en la ciudad y sabe que no podrá escapar de ellos para siempre.

Empieza así la odisea que Miklos pinta para nosotros, al adentrarnos a un mundo salvaje, peligroso, pero no exento de cruda belleza, aún con sus estrictos mandamientos,

El viaje de Fino a la ciudad lo obligará a desenterrar el pasado y a encontrar vida en los lugares menos pensados.

D.

Antes, de Jimena Eme Vázquez

Este fin de semana terminó la temporada de "Antes" de Jimena Eme Vázquez, que narra de manera retrospectiva la relación rota entre dos amigas. Al igual que un espejo, una vez roto ya no puede seguir igual, hay eventos y desgarramientos que nos rompen, nos hacen pedazos: al mirarnos ya no somos los mismos.

Antes fue premiado con el Premio de Dramaturgia Joven Vicente Leñero 2015 y se presentó en el Foro "A poco no" desde el 27 de mayo hasta el 24 de junio. Fue una temporada breve, pero creo que los que pudimos verla salimos transformados y tocados por las personalidades de las protagonistas: Mónica y Lisa.

La historia también relata las relaciones competitivas y fraternales a través del acertado montaje de la directora Martha Mega, quien a través de movimientos de danza contemporánea ejemplifica las distintas relaciones de tensión y distensión entre las personalidades de los involucrados en la trama.

Mónica, una joven mujer, reencuentra a su amiga de la juventud, Lisa y le pide apoyo para quedarse "un par de días" en su casa, debido a que tiene problemas familiares. Lisa, más centrada y objetiva, acepta la llegada de su amiga como algo temporal, que se va volviéndo más permanente.

La diferencia entre las dos amigas lleva a un necesario choque, que además se ve trastocado por un evento que pone en dedo en la llaga y se encuentra en el centro de la historia, como algo que romperá a Mónica y hará que cambie del todo sus hábitos.

La historia comienza en un cuarto vacío, donde vemos a Mónica a punto de mudarse, de dejar ese departamento que para ella tiene tanto significado y donde encontró el valor para ser ella misma (¿O quizá otra?).

¿Cómo es posible que alguien importante salga de nuestra vida, desaparezca?

Nunca volvemos a ser los mismos.

Nunca nos permitiremos, ni deberíamos permitirnos, olvidarlos.

En esta temporada de "Antes", Sofía Espinosa (ganadora del Ariel como Mejor Actriz por "Gloria") alternó papeles con Belén Aguilar en el papel de Mónica; Laura Loredo realizó el papel de Lisa y Gonzalo Herrerías representó a Adrián/Ricardo.


La invención de la soledad, de Paul Auster

Sin ser mi libro favorito de Auster, algo se me quedó muy grabado de este libro, quizá es el tono íntimo con el que cuenta las cosas, o quizá que me llega en un momento en el que estoy entendiendo de otra manera la soledad, la intimidad, el deseo de ser padre, el reto de ser hijo, la tarea de desprenderse de las cosas que son tuyas y de darle alma a las que no son tuyas y que llegan a ti.

Quizá por eso mi parte favorita fue la primera, Retrato de un hombre invisible, en que Auster reflexiona sobre la invisibilidad de su padre, un ser humano que conoció poco, que dejaba poco de sí, una sombra ligera que parecía estar hecha para ser olvidada.

Pero no exactamente: en su búsqueda por querer aprehender mejor el recuerdo de su padre Auster se embarca en una reflexión y una remembranza hacia el pasado. Recuerda cosas lindas de su padre, como su postura ante su trabajo y otras menos favorecedoras, como la manera en que trataba a las mujeres.

En la segunda parte, El libro de la memoria, Auster recurre a dos figuras literarias Scherezada y Pinocho, para desentrañar los misterios de contarse un cuento, de inventarse una historia, de repetirla y salvar con ella a otros.

Rememora entonces, en tercera persona, algunos capítulos de su existencia, que de forma aislada podrían no significar nada, pero una vez entrelazados son como renglones de un poema en este enmarañado inexacto que es la vida.

Busca Auster en la figura de su hijo nuevas formas de comprender la existencia y se mira a si mismo tratando de explicar el cuento.

Se vuelve un ejercicio de Canon, en donde las cosas se repiten, quizá con otra entonación.

Quizá por eso decidir no tener hijos es quedarse callado, negarse a cantar, no porque la melodía de la vida sea linda, sino porque no tiene uno nada más que agregar.

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...