Arrivals

Después de observar con cuidado el letrero de llegadas determiné que, efectivamente, el vuelo de Mynn llegaría retrasado...

En consecuencia, tuve tiempo de observar los globos que me rodeaban, las pancartas con nombres de dos desconocidos que tienen ocasión de conocerse y quizá, dejar uno la confianza en el otro para que le ayude con las maletas pesé a no haberse visto nunca.

Una de las pancartas solicitaba "Al Huracán Robledo", lo cual me hizo recordar anécdotas del Pancracio...

En un cartel verde ponían "Señor Alfredo, soy Roque".

Claves, leyendas, momentos.

Los momentos eran bonitos. Abrazos. Reencuentros. Felicidad. Una rosa que se intercmabia de mano, unas lagrimas medio escondidas.

Lo que sí es que ir al aeropuerto ya no es lo que era antes... me daba la impresión de que sacarían de un momento a otro una caja de huevo con un lacito, como en las terminales de autobuses.

Eso sí, las sobrecargos muy pintadas y fufurufas, como si nadie las mereciera...

Le cedí el asiento en la sala de espera a una mujer de más de 60 años que se notó visiblemente sorprendida de que hubiera personas corteses en el mundo.

Mynn llegó tarde, pero no tuve tiempo de aburrirme.

D.

3 comentarios:

BRAINWASHED dijo...

Es increible la variedad de sentimientos que pueden darse en un lugar tan poco emotivo como un aeropuerto muy buen post!!

Saludos (aquí seguimos)

D dijo...

Que bueno que sigas escribiendo.

yo sigo siendo un inconstante.

Espaciolandesa dijo...

Ah... los aeropuertos.

No sé por qué me acordé de Ibargüengoitia... creo que en "Ideas en venta" escribió algo de los aeropuertos.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...