Vicios

Hoy hablaba con mi espo... le decía que hay cosas de mi nueva rutina y después, como siempre, dijimos algo parecido...

- Te acostumbrarás, uno se acostumbra a todo en aproximadamente 3 semanas.
- Dicen que si realizas lo mismo durante 20 días se vuelve un hábito.

Eso mismo aplica con los vicios... basta que repitas algo con bastante frecuencia y cualquier cosa se puede volver un vicio, es decir, un hábito negativo.

Lo dificil, parece, no es hacerse un hábito, sino quitarlo... Eso de la desprogramación del cerebro, que se acostumbra a arrastrar los pies, a sorber la sopa, a poner los codos sobre la mesa, a extrañar sin medida...

Cuando era pequeña me costó muchas lagrimas dejar un mal vicio que tenía desde la infancia... pero una enfermera, no muy amable, me dijo que si no cesaba mi cara quedaría como la de Helena Bonham Carter... es decir, sería semejante a un simio.

Nunca pude reformar mi escritura, pese a las muchas amenazas de mis profesores de la secundaria, quienes se negaban casi de plano a revisar mis cuadernos por no entenderle a mis jeroglificos.

Lo cierto es que con mi retorcida letra daba igual que tomara apuntes de biología a que escribiera cartas de amor, porque nadie entendía nada, salvo los dibujos que pusiera poner en las esquinas... (Como diría Sabrina, la bruja adolescente: "Mitosis es... Funkysong, funkysong")

Aún me quedan vicios por exterminar. Esa manía de extrañar mi café de horchata, por ejemplo... A veces creo que la ciudad es un territorio minado, donde recuerdo los vicios que me han esclavizado en la vida. Las esquinas en donde he esnifeado felicidad y ahora sólo venden sombras.

He estado haciendo Trainspotting en la ciudad, con mis propios recuerdos. Los veo pasar más rápido y a veces tengo que tocarles un réquiem.

Mañana iré a caminar. Supongo que podré contarles de eso también.

D.

2 comentarios:

Mar dijo...

Son veintiún días.
No veinte.

Y sí: Adquirir malos hábitos es facilísimo. Olvidarlos no.

Aún busco encontrar el remedio para dejar de gusguear entre comidas, extrañar a lo pendejo (dije a 'a lo pendejo' no 'al pendejo') y hacerme piojito en horas de trabajo.

Creo que como tus jeroglíficos -que no son tan malos, finalmente son legibles- mis malas mañas me acompañarán hasta la tumba.

Darina Silver dijo...

Bueno, repites algo 20 días y para el 21 ya es un buen o mal hábito.

¿Es así?

Gusguear... que palabra. Hacía rato que no la escuchaba.

D.

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Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...