Agujero negro

Estoy en un receso creativo, provocado sobre todo por haberme intoxicado de conferencias de Social Media y Marketing.

Sin embargo, en uno de esos momentos de lucidez empecé a escribir algo que ayer no me parecía tan vomitivo. Así que se los dejo por acá.

"Recordar los logros de un furuto incierto,
la esperanza sin límites de los que esperan,
la rendición temerosa de los que, en medio de la batalla,
descúbren que esa no es su guerra.


¿Cómo sentirse afín a un océano de luz,
dónde uno no se siente acorde?


Naufragar en las luces del sur,
recordar las auroras Boreales....


Alguna vez pude apreciar las estrellas:
fue en una noche oscura, no aquí.
No aquí dónde la luminosidad apaga el verdadero brillo:
el resplandor de la inmensa soledad del espacio
comunicándo su canto
con el ardor de mil soles. 


Ven a naufragar en la oscuridad de los sueños
Ven a navegar en las nubes del inconciente
Nada hay como escapar
al poder del agujero negro."

D.

FONAES, sabores, colores y texturas

A veces quisiera volver a ser niña, para descubrir las cosas como la primera vez, para sorprenderme y maravillarme. Para girar un caleidoscopio y encontrar el mundo a la vuelta. Para prepararme un licuado, como el que me recomendó Daniel. Para disfrutar cada beso como si fuera el primero...

Por eso me gusta ir a exposiciones de artesanías; creo que siempre me ha ayudado a poner las cosas en perspectiva. Nos fijamos en un pedacito de mundo y se nos olvida toda la gama de colores que está allí por explorar.

Esta vez Expo Fonaes traía un escenario variado de música y colorido, que, como siempre, daba una probadita de las artesanías de todo el país; empezamos por los países del norte del país, así  que nos sumergimos en puestos de botas vaqueras y cinturones de cuero.

Me dieron muchas ganas de llevarme un caballito, aunque por desgracia iba en transporte público y no parecía muy viable cargarlo.

Para salir montada en un caballito de fieltro.


En vitrinas de exhibición estaban piezas más delicadas, como los hermosos árboles de la vida Oaxaqueños, que siempre me han gustado. Aquí una foto de uno pequeño. 

Debido a que casi todas las piezas estaban en venta, me daba algo de pena tomar fotos de todo, cual visitante japonesa, así que me concentré en las piezas que estaban en vitrinas. Acá un hermoso collar de piedras y maderas; había algunos modelos muy parecidos también a la venta.

Creo que una de las piezas más representativas podría ser esta Catrina, que parecía sonreír encantada, ante el paso de los transeuntes. 

Golosinas

El fin de semana fui a una boda. Justo de "El primo de una amiga". Me gustó que el hermano de mi amiga me invitó a bailar varias veces, que la cena estuvo rica...

Pero lo mejor fue la mesa de Golosinas.

Siempre me han gustado las cosas dulces, mi mamá dice que para hacer que comiera verduras solía darme una cucharada de papilla dulce (platano, pera y otras frutas) y otra de verduras.

Hasta la fecha, la única fruta que no me gusta es la papaya, pero en general disfruto mucho de la azúcar.

He leído que no es muy buena la azúcar refinada, pero es un placer culposo ponerle al menos 3 cucharadas a mi café o té...

No he encontrado dulces o chocolates que no me gusten; así que esa mesa de dulces no tenía oportunidad.

Lo bonito de la mesa de dulces es que parecía sacar el lado infantil de todos los presentes y definitivamente nos hizo viajar a un lugar en nuestra infancia que estaba algo dormido.

No hay nada como empezar una fiesta con ánimo alegre, jueguetón y festivo. Y nada como las golosinas para despertarlo.

D.

La balada del asesino solitario

Se acerca a la ventana y recuerda la mirada fría de la última víctima.

Ser asesino es una profesión solitaria. Cuando en un formato le preguntan, "Profesión", siempre tiene la tentación de confesar que es asesino; pero eso no está bien visto. La sociedad no lo entiende. En su pasaporte no consta, ni en sus solicitudes para obtener una cuenta bancaria.

Aunque si supieran...

Hay gente que en verdad no merece vivir. Como asesino quizá lo puede decir mejor que otros; muchos cree que los asesinos no valoran la vida, no es así... Al estar tan cerca de la muerte, los asesinos pueden,  mejor que nadie, entender lo fácil que es despojar a alguien de la esencia vital. Lo que muchos dan por hecho, el día a día, los asesinos saben que es un suspiro, un segundo, una niebla que se despeja y deja ver la claridad de la sangre, la frialdad de la piel, la rigidez de los musculos finalmente muertos.

¿Quién mejor que él para entender la vida?

Abajo de él la ciudad sucia e indolente seguía su rutina normal. La mujer del 201 entró al edificio, después del paseo vespertino que daba con su perro. El vendedor de fruta recoge su puesto callejero. Empieza a enfríar la tarde y comienzan a salir los chicos que van a la panadería de la esquina.  

A diario veía personas que daban todo por sentado.

Prendió un cigarrillo y vio que el humo se iba por la ventana. Quería poner un poco de música, pero le daba pereza pensar en la melodía exacta para esa tarde. No tenía trabajos pendientes. Raro, porque ese mes solía ser ocupado. Se acercaban las elecciones y siempre había llamadas. Habría que estar al pendiente.

Tiró algo de ceniza de cigarro en la corniza. Tenía frío. El mundo era un lugar solitario y hostil. 

Fue a buscar una chamarra al cuarto. Lanzó una última mirada a la panadería, sintiéndose lejano, ausente, casi fantasmagórico detrás de la ventana.

D.

Fui cuesta abajo

Fui cuesta abajo,
sabiendo que rodar
era un atajo
hacia el mar.

Tengo ganas de estar en Buenos Aires. Desde hace tiempo me he imaginado que si me voy para allá mi melancolía podrá extenderse a sus anchas. Los días de febrero pasaron demasiado rápido, ni siquiera tuve tiempo de ir a la feria del libro.

Me concentré demasiado en mi gato, en su operación, en las idas y vueltas, en la curación.

A veces me pregunto si de verdad seré egoísta o es que, como en este caso, cuando me concentro en alguien me vacío tanto, me volco tanto en la tarea, que termino por perderme.

Me encantaría encontrar el punto medio, pero parece que soy una persona horrible que sólo piensa en sí misma o soy una esponja emocional que se afecta de todo.

Si, ya he discutido sobre ese punto con propios y hasta con extraños. Me he llenado de espanto con ver mi rostro al espejo, casi sin reconocerme. Reconocerme en la piel de los otros, vertida en sus sueños, reconociendo mis manos como si fueran nuevas. ¿Nos renovamos cada segundo, cada semana, cada mes? Siempre hay una parte de nosotros que es nueva, que se raspa y nace de nuevo.

Si vas cuesta abajo corres el riesgo de resbalar y rasparte las rodillas. Yo voy cuesta abajo, porque también es la forma más rápida de llegar.

Claro, la pregunta sigue siendo ¿A dónde?

El gato de Schezire me contempla desde una rama alta, sonriendo. Es un gato muy bonito.

Quiero ir de nuevo al mar: todavía tengo las marcas de mi último viaje y raspones en el corazón.

Pero, ¿cómo se renueva la piel, si no es gastándola?

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...