Música vieja

Para mi, la música vieja empieza con la de los 90´s; pero dentro de una década, incluso Playa Limbo, Pambo y Belanova me van a parecer onda retro... así que hoy que escucho en la oficina canciones de los 8o´s de la Cuca, la Castañeda, Rata Blanca y sabe dios, me pongo a pensar en aquellos bonitos años de mi juventud en las fiestas secundarianas en donde nunca me besé en las esquinas de las casas, porque aún no entendía eso de seducir a los chavos de mi edad.

Ayer platicaba con Mar de algunas de mis experiencias bonitas, pero se me olvidó contarle de la música, que siempre ha sido el telón y la escenografía de mis desencuentros y encuentros.

Quizá la flaca memoria me haga olvidar algunas canciones que ahora están en mi repertorio de la vieja música que llegó para qudarse...

Gracias a la vida: la canción que marcó mi infancia con tinta indeleble y hasta la fecha me llega muy dentro.

Señor capitán: La canción que me hace pensar en mi padre, que a pesar de todos los naufragios siempre está en el timón.

Como tú: Del poema de León Felipe en voz de Amparo Ochoa, que me hace pensar en mi madre...

Lo soy: De mi primer amor platónico, Enrique Guzmán, que tantas veces le canté en un cuarto pintado de color rosa, mientras me imaginaba que era una chica atrapada en los sesentas.

La ventanita: Si! Aunque no lo crean. Esa es la rolita de mi hermana. La bailaba cuando era niña y era tan graciosa...

Me vale, de Mana; Lamento Boliviano, de Los Enanitos Verdes y La balada, de la Cuca: Las canciones que gritaba a todo pulmón cuando estaba en la secundaria.

Money for nothing: De Dire Strait, que sonaba cuando me dieron mi primer beso.

Así es la vida: cuando terminé la preparatoria y pasé el último trimestre de matemáticas con seis... Himno de la banda del palomar.

La boa: La rola con la que mis amigas de la universidad bautizamos nuestra primera publicación colectiva, con pura información que ya todos sabían.

Y... las canciones de mis otros amores me las reservo, porque sólo son de nosotros y aún no les he pedido permiso para divulgarlas.

Que hermosa es la música... "Magia que va más allá de lo que hacemos aquí", decía Albus Dumbledore.

D.

Ardidez

Aquí iba a poner una muy nociva y dañina historia sobre algo que me pasó en mi trabajo, pero como siento que fue un arrebato de esos pasajeros, ahora no pondré mi post sobre la ardidez...

Sólo diré que, en ocasiones, tengo arrebatos de furia muy específicos, que me hacen querer salir corriendo y destripar gente...

O por lo menos aventar celulares a los estanques.

Pero afortunadamente hay anti ácidos para esos momentos de injuria, despecho y auto conmiseración.

Finalmente, el tiempo hace contra la ardidez lo que muchas medicinas no hacen...

D.

Capitán invierno

Entregada a rasgar las vestiduras de los paños negros
no sé que hacer con este tiempo de soledades, silencios, muertes.
No sé en donde resguardarme de las flores secas que llueven sobre los balcones.
Deben ser millones de recuerdos, agolpandose.
En esas noches que llamamos azúcar y thé.
En esas noches negras que llamamos misterio.
En esas madrugadas que te parten el sueño mientras recuerdas...
la luna sobre la plaza de Zacatecas y sus torres.
Y el murmullo de voces de duendes en Mérida.
Cuando la noche era blanca y te rodée en mi seno.

Pues sólo mi paz pudo guardarte de los fantásmas...
que cruzaron un país entero para perseguirte...
Duendes de colas rojas, rodeandote, entre pesadillas...
Tomando fiestas paganas para hacerte arder en llamas rojas.
Yo nunca salvé a nadie de la muerte.
Ni redimí con besos la saliva sanadora de tus labios.

Ven.

Vamos a buscar las cosas que nos quedan por romper.
Más lienzos negros, más noches oscuras, más tempestades.
A veces me imaginaba cruzando el cielo en cometas silenciosos,
en noches como está, cuando pensaba que tu carne era menos importante que tu alma.

En noches como esta, que me equivocaba.
Porque aún sin tener tu carne, sin tener tu alma,
sin tener un cometa para cruzar el cielo...
siento que mis tijeras desgarran el velo de la noche
dejan un agujero imposible de parchar...
un siete en el cielo, sin zurcido...

Y te miro alejandote de todo lo que era trino, cenzonte, primavera.
Pues serás el capitán invierno que cruce el país...
que dejé desoladas las sierras
y que haga que las faldas de las mujeres sean trocados por pantalones.
Porque eres el capitán invierno que invade Mérida, que cruza Chihuahua.
Porque eres el hielo de la barranca de cobre y de la cima del Orizaba.
Porque eres la escarcha de mi corazón, me matas.

D.

Miss popularity...

Cuando Ana llegó a la adolescencia y estuvo en libertad de elegir que quería en la vida, decidió que quería ser muy popular.

En realidad no sabía que eso implicaba casi tanto esfuerzo (quizá más esfuerzo) que ser una genio de las matemáticas, pues a diferencia de cuando se quiere obtener un diez en el examen, obtener amigos dependía de la frágil sustancia que es el espíritu humano...

No necesariamente se trataba de domeñar al espíritu de los otros: sólo de bailar danzas suaves, seduciendolos, en un mar de halagos, palabras, acciones...

Al llegar a la Universidad Ana tenía que lidiar con ordenar su vida y además cumplir sus metas de ser tan popular como el tiempo lo permitiera... pero lo cierto es que a veces pasaba más tiempo alimentando a sus peces que con la gente de la casa de estudiantes en donde vivía...

El día en que terminó, tomó todo cuanto pudo de la sala común y se marchó sin hacer fiesta de despedida.

Recordó, esa misma tarde, con cierta añoranza como cuando vivía con sus padres apareció en una obra de teatro y todos la llamaban Miss Popularity.

D.

El bebé

Ella llegó contenta esa noche. Le habían dado un ascenso y una bonificación.

Él sugirió poner algo de música y le dio un masaje en la espalda.

Poco tiempo después, ella vomitaba el desayuno. ¿Cómo negarse a entender la realidad?

Cuando nació el bebé ella estaba desconcertada. Por un lado seguía teniendo esas ideas que le había provocado su marido, de ser alguien, de ascender de puesto...

Pero la niña, pues eso era, exigía una atención constante.

Al poco tiempo recibieron una llamada amenazante, pues la oficina de Seguridad Social pensaba que la niña no recibía los cuidados adecuados.

Ella la dejaba en el piso, preocupada porque aún no había terminado la limpieza y se soltaba a llorar.

Llegó a enfermarse gravemente, cuando le negaron la entrada a Ana a una escuela privada.

Su carrera estaba detendida y ella comenzó a hablar con las paredes...

Fue entonces cuando tuvo que renunciar al trabajo y dedicarse más a ella.

Se quedó dormida y tomó las cosas con calma.

Le enseñó a su hija algunas cosas y la alentó.

Pasó el tiempo más rápido de lo que tenía pensado...

pero ella también fue creciendo, desarrollandose. No eran cosas peleadas.

Cuando su hija se marchó a la universidad, ella consiguió un trabajo... en la rama que deseaba.

D.

La boda

Lo pensó mucho antes de casarse. Lo pensó, sobre todo porque no sabía como sería tener que compartirlo todo. Quizá no lo pensó lo suficiente.

Pero ya había pasado muchas noches de sexo sin compromiso, que se terminaba con "Oye, fue genial, tenemos que repetirlo un día"

A veces lo repetía. Otras veces se quedaba a tocar la guitarra, sin preocuparse por nadie.

A veces llamaba a un amigo y jugaban al billar.

Cada noche era distinta y cada noche era similar.

Había logrado sus metas en la vida, ya era lo que quería ser... ganaba el dinero más rápido de lo que podía gastarlo y conocía a chicas en cualquier sitio y con cualquier pretexto estaban en su cama.

Quizá sería más sencillo llamarlas, como quien llama la pizza.

Por desgracia, las que le agradaban más no eran las más bonitas. Un par de profesionistas con las que había dormido para escalar más rápido en su carrera. ¿Quien dijo que aquello de los ascensos no funciona para los hombres?

Nadie le preguntó nunca si había dormido con la jefa, pero él podía contestar sin problemas... "Con dos o tres, únicamente, lo demás es talento"

Porque era talentoso... tenía grandes aspiraciones. Quizá demasiado grandes.

Por eso tuvo que cambiarlas para decidirse a casarse...

Pero cuando la conoció... bueno, la conocía de antes. Incluso tuvieron un encuentro sexual en publico, alguna vez, que él recordaba como el descubrimiento más divertido de lo que puede pasar en una cabina para fotos...

Pero esa era otra historia.

La verdad fue mejor que no lo pensara mucho. El contexto alrededor no fue lujoso, ni mucho menos. De pronto, había dos argollas de por medio...

El problema era que ella no tenía sus sueños, era, por mucho, muy distinta a él... Lo notó quizá un poco tarde, cuando sus pies se cruzaban en el baño... de hecho tuvieron que hacer un baño alterno, pues era imposible que los dos se bañaran al mismo tiempo...

Le costó trabajo lograr que ella aspirara a más... y a veces ella se frustraba tratando de cumplir sus nuevas espectativas....

Y ahora él quería un bebé!

Continuará...

D.

En los tiempos de las jacarandas...

Para mi febrero es, sobre todo, el mes de las jacarandas en flor. Además de recordar la casa mítica, con un árbol de jacaranda en el centro (si, me acuerdo de cuando me dijiste que te gustaría una casa así) pienso en varios sucesos de mi vida relacionada con esos árboles.

Recuerdo que le adornaba el cabello a mis muñecas con flores de jacaranda, porque tenían el color más bonito que he visto en una flor.

Me gustaba que fueran efímeras y caminar por Ciudad Universitaria rumbo a la biblioteca Central con aquel empedrado cubierto de flores.

El hecho de que el resto del año no hubiera flores de jacaranda, me hacía pensar en lo efímero de la belleza.

Hoy regresé a Ciudad Universitaria, a terminar una serie de trámites, de esos que parecen ineludbles y me sentí muy conmovida por la caída de las flores.

Quizá venía pensando en muchas cosas, cosas del noticiario, con la decisión de Fidel, cosas de mi vida, como el hecho de que hace dos años estaba pasando la nota del derrumbe en Pasta de Conchos...

Pensaba en como, incluso el más breve mensaje, la más pequeña flor, puede hacer un cambio tan grande en la historia de los hombres.

D.

Pasó nuestro momento...

Si, ni modo...

Se me fue el tren.

La verdad pudo haber sido bonito, pero ya no fue.

Ya no fue.

A veces me cuesta trabajo aceptarlo, pero si no nos esforzamos en el momento adecuado... ¿Ahora que diablos estoy haciendo?

Pasó nuestro momento.

Cada error debería servirnos para aprender, no sólo para revolcarnos en el dolor que nos dejan las despedidas, los finales, los adioses...

Tiempo y oportunidad.

Como la foto adecuada.

Cuando se te va la toma, ya no hay click que valga.

D.

La risa de las mujeres gordas

Siempre he pensado que las personas obesas ríen de manera diferente, como si el esfuerzo que emplearan en reír le diera a su risa una resonancia especial, una agitación más sincera, más espontánea...

Cuando ves reír a alguien delgado, un estremecimiento nervioso le recorre la espina dorsal...

Pero una mujer gorda, cuando ríe, cuando llora, cuando cocina un plato de espaguetti y abarca con su vestido rojo el panorama frente a la estufa, es un deleíte de vida, despliegue de sensualidad desbordante.

Hace poco, a mi tía, que siempre ha sufrido por ser gorda, le pasaron un par de sinsabores que me dejaron extrañando su risa, que parece fluir y extenderse, como el resto de ella...

Mi tía sirve grandes cantidades de arroz con una cuchara verde y es generosa cuando sirve el ajonjolí sobre el mole... deja abierta la llave del agua cuando llena su pileta y se ríe de los chistes más fuerte que nadie...

Así como alguien extrañaría en una pared blanca un cuadro de botero, yo extraño la risa de mi tía, la más ruidosa de la cuadra. Haría cualquier cosa por escucharla reír de nuevo y que el estremecimiento que hace vibrar los cristales de mi cuarto se repita por las mañanas.

D.

Lo que escribo en el trabajo cuando ya no estoy haciendo nada.

Dado que la circulación es hacia la derecha, el camino no puede ser torcido en cualquier sentido, también se observa que cuando Rafael Pérez viene buscar el rayo de luz cuántica, el asunto toma proporciones indeterminadas, pues no existe nada que sujete los globos de agua al piso y suelen vagar de forma incoherente hacia el espacio.

También sucede que, en ocasiones, la luz se difracta en los campos interestelares, cuando la teoría de la acción comunicativa salta sobre la panza de los tlacuaches; debo decir que el mar no corre hacia arriba, aunque a veces se evapora y tenemos cansancio de las cosas simples.

Debe ser el misterio de los haces cuánticos, la voz difractada de los milagros, el azúcar derramándose de los labios con miel de Luz Antonia, que no sabe amargarse la existencia con la cazoleta de cobre: “¿Hacia donde van las estrellas cuando mueren?”; pregunta Luz Antonia con sus ojos color chocolate.

Cabe señalar que todo esto está muerto, todo está enterrado, todo está dicho, porque las cosas que deben decirse no han sido contadas antes y las cosas que fueron contadas antes no tienen autor, ni luz, ni sombra, ni nadie para recordar.

Cuando Luz Antonia Esquivel saltaba por las cuerdas en el lago, iba y venía con su determinante conclusión de no rendirse nunca, a pesar de las cosas que habían pasado.

Esa luz que le alumbraba los pasos se había colado por las rendijas del destierro. Esa argamasa oscura del corazón que se colaba como una babosa que se arrastraba cálida en el fondo de sus piernas, que iba corroyendo, comiendo, todo lo que era para ella parte del silencio.

Luz Antonia Esquivel había hablado muchas veces con Ruy Santos, quien le dijo que si comía la planta mágica de la felicidad ya no podría regresar al reino, porque quedaría desterrado, en ese limbo tortuoso de cosas muertas, a medio realizar.

D.

Inexacta

Para olvidar este absurdo sueño de parir quimeras,
quiero recordar esa nostalgia...
Sueño con las serpientes rojasque una vez rodearon tus manos,
atrapando, eso que llamabas vida o muerte.

Cuando creías que vivir era eso,
eso de hacer fluir tu sangre,
eso de sentir latir la herida...

Ahora que el frío te cala los huesos
y mis quimeras surcan los mares,
creo que he cumplido mi designio
de ser la madre de sueños y pesadillas.

A veces me quedo helada frente a los autos
y sus luces me sorprenden como a un conejo:
quisiera que todo instinto de sobrevivir desapareciera,
que de una vez se lleve la muerte mis deseos.

Sólo el deseo me mantiene aquí,
me mueve de un sitio a otro,
vil marioneta de mi propio hedonismo.

Atada a este absurda vocaciónde saberme soñadora irredenta...
Esto de idear escenarios fantásticos, con café, leche, galletas,
en mundo de besos sin filas,
donde no tienes que esperar para que llegue el por siempre.

Donde amar no cuesta la vida,
donde vivir no mata,
donde la sangre fluye sin cesar
y no quedan cicatrices en las heridas.

Soy un conejo en medio de la carretera
deslumbrada por las luces altas
y si me preguntas como me va sin tí,
te diré... muy bien,
sigo siendo como era,
inexacta.

D.

Cosas sobre las citas que recordé jugando a los Sims

  • Puedes estar en medio de una cita pensando en otra persona.
  • Puedes hacer que otra persona haga lo que quieres, si sabes como aprovechar el tiempo y en un principio parece que TÚ harás lo que la otra persona quiere.
  • La forma más fácil de saber que quiere es preguntar.
  • Si te cachan en medio de tu cita, eso se puede poner feo.
  • De forma casi inevitable, las citas que tienen demasiado sexo pueden dar la impresión de que sólo usabas a la persona... pero bueno, en ocasiones a la otra persona no le importa.
  • Si la cita se prolonga demasiado puede ser incómoda, porque ya tienes que hacer otras cosas.
  • Si de verdad se la pasan muy bien contigo hasta te pueden llegar sorpresas inesperadas a la puerta de tu casa.
  • Si no se la pasan bien contigo a lo mejor ni te devuelven las llamadas.
  • De todas formas, siempre hay un porcentaje que dejarle al azar...

D.

A tus pies

La otra noche platicaba con Mar sobre las cosas que nos gustan o nos desalientan de un hombre... y así como hablabamos de lo mucho que puede pesar el sentido del humor o los vicios para decidirte a favor o en contra de un candidato, platicamos sobre los zapatos sucios.

Ese detalle, particularmente, pesa mucho en mi decisión.

El otro día una de las personas que pasa conmigo cada semana a entrevista se presentó con los zapatos recién boleados, el olor a grasa emanando del cuero, que nunca se había visto más brillante...

Creo que hasta me sonrojé cuando le di la mano.

Y es que para mi, aunque nunca he sido fetichista con particular tipo o tamaño de pie, el cuidado de los zapatos y en general de los pies resulta importante.

Varios galanes me han decepcionado grandemente por su negativa firme a quitarse los calcetines. Eso sólo me demuestra algo: deben de tener sus pies muy descuidados.

Unos pies descuidados son sinónimo de dejadez, de falta de interés, de descuido...

Algo que si me parece asqueroso son los hongos de los pies... ya con tantos productos para evitarlos (digo, hasta el limón puede con ellos) me parece increíble que sea una pandemia generalizada por el uso de tenis...

Estaba pensando en comprar al mayoreo crema antimicótica y regalarla entre mis posibles galanes este 14- F. (Así le llama Ladahir a ese día que al igual que el 11 - S resulta caótico)

A ver que pasa...

D.

De como me subí a la serpiente negra...

Ahora que estuve en Tlaxcala tuve ocasión de escuchar en el parque Xicotencatl a "Serpiente Elástica" un grupo de blues poblano altamente recomendable.

La verdad estaba que me moría de gripa, pero me mejoré notoriamente cuando escuché esa harmónica...

¡Dios, que buenas letras!

Además de la música genial, debo decir que me encantaron las rimas de Serpiente Elástica y la canción que le da nombre al segundo de sus discos, "Serpiente Negra", es una rola sobre la libertad, el amor, el blues...

Y claro, la imagen del blusero me hacía pensar en que, desde aquel concierto de Vivaldi que vi en el Angel de la Independencia, nunca había encontrado tanta armonía entre el ambiente y la música.

Lástima que no traía en el bolsillo más que papel lleno de mocos, si no me habría encantado comprar el disco, pero si alguna vez se encuentra a la Serpiente Elástica por allí, le encargo mi disco y luego se lo pago.

¿Vale?

D.

Los días de la carne...

El Carnaval, reminicencia de todas las fiestas pagánas, se celebra antes de los 40 días de ayuno y meditación previos al viernes santo, en Semana Santa, cuando se conmemora la muerte de Jesús...

En muchos países del mundo el Carnaval se festeja con una semana (o un par de días) de jolgorio y despreocupado libertinaje en donde se vale de todo... De todo.

Yo pasé las fiestas de carnaval (este fin de semana) en Tlaxcala.

Allá el desparpajo popular se mezcla con las costumbres pueblerinas en una amalgama colorida y vistosa donde las "Camadas" (grupos de muchachos y muchachas disfrazadas con vistosos trajes de colores, plumas y lentejuelas) bailan en sonsonetes ritmicos que parecen no terminar nunca.

Nos hospedamos en un hotel con panorámica de toda la ciudad, a donde llegaba el sonar de las trompetas más atenuado, pero al bajar por las calles que desembocan en la plaza principal, se percibía el aire a fiesta.

Fuimos a visitar haciendas, porque mis padres quedaron enamorados de los espacios abiertos y los aires a tragedia de estas edificaciones... pero también comimos en parajes renovados, donde lo nuevo se funde con lo antiguo y te deja un aire nostálgico dificil de evadir.

Hay sitios en Tlaxcala en donde las fiestas continúan, incluso hoy todavía habrá festejos en algunas poblaciones.

Yo me llevo de allá el destello de las lentejuelas y una música que suena por las de acá:

"Donde aquella noche en pleno carnaval...
te empecé, a desnudar..."

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...