Percepciones

Hace poco mi jefe me dijo que, ante una discusión con el gerente, me había catalogado como extrovertida. Le dije que se equivocaba, que por el contrario, era una chica muy introvertida (con ganas de superación, eso sí).

En la misma semana, una de mis compañeras de trabajo insistió al menos tres de los cinco días de la semana en que la vi, en que tenía cara de estar "muy enamorada" y ojitos soñadores. Traté de convencerla de que no, que por el contrario, andaba triste y con un aire lejano de tristeza.

Hoy la chica de Finanzas me dijo que me veía muy deprimida, a pesar de que por fin, después de varios días de sentir que tenía una nube en la cabeza, me sentí muy clara de pensamiento.

Finalmente, Moisés, del área de Operaciones, me dijo: "Tu siempre te ves feliz, me encanta como brincas siempre en las escaleras".

Je, al final de cuentas la gente me percibe como se le da la gana, así que quizá no tenga caso intentar proyectar una imagen. Todos proyectan sobre mí la que quieren ver.

D.

Orgía

La segunda acepción de la palabra orgía, en el diccionario de la Real academia de la lengua: satisfacción viciosa de apetitos o pasiones desenfrenadas... se aplica a lo que hice hoy.

Primero, en atención a la atenta invitación que varios de mis amigos me hicieron por correo, acudí con mi familia al Auditorio Nacional, donde había un remate de libros y me di vuelo acabando con lo que restaba de mi quincena. Salí de allí con un libro de Manuel Puig y un tratado sobre la pornografía en estos tiempos desbocados.

Luego, tras un recorrido lento, lento, por reforma, en un autobus que me permitió apreciar la exposición fotográfica de las rejas de Chapultepec, me perdí el desfile de la comunidad lésbico gay transexual y transgenero, pero llegué a tiempo con Yareli para un nuevo decenso a los infiernos de la tortura comercial: visitamos otra librería.

Fui a cambiar el certificado de regalo que me dieron Tomás y Diana en mi cumpleaños.

Salí de allí con "Sputnik, mi amor" y un libro de relatos de Samuel Becket.

Luego, sanamente, me tomé un jugo con Yareli en una cafeteria al aire libre (todo sea para que los fumadores sean reivindicados) donde hablamos y hablamos, hasta el limite de nuestras fuerzas: hasta que los popotes nos separen del fondo del vaso.

No fue suficiente. (Cuando uno se tira a los excesos parece que nada es suficiente)

Yareli todavía me regaló otro libro, de editorial Anagrama, donde se publican algunos de mis autores favoritos...

Aún no comienzo a leer, apenas me estoy reponiendo. Regresé a casa con los bolsillos vacíos (lo último que compré fue una bolsa de papas fritas grasosas y con demasiada salsa).

Y como el tigrecito... me siento un poquito mejor.

D.

Final de temporada

Acaba de terminar mi serie favorita, pero como me llamaron a la mitad para un drama de la vida real, ni me pude concentrar y tuve que sorber unos cuantos mocos, en la intención de que mi madre no se me quedara viendo, pero aún así se me quedo viendo.


Fue el final de la temporada.

Después de todo, en los finales de temporada hay revelaciones emocionantes, cosas que uno no se esperaban, posibilidades morbidas...

Hoy es noche de San Juan y dice mi amiga Veritos que hay que quemar las cosas viejas (yo me adelanté un poquito) pero ojalá en verdad pudiera deshacerme del pasado. (La mierda que arrastramos sin remedio, dice Sabina)

Ahora, me imagino que habrá que esperar un rato antes de que empiece la nueva temporada (suele ser así) para que veamos las nuevas caras, los rostros familiares, los hermanos mellizos que salen del closet al mismo tiempo... yo que sé.

Me choca esperar. Pero ahora está bien. Sé que la nueva temporada traerá otraos misterios misteriosos a mi vida.

D.

Antisocial

No es que sea totalmente inútil en situaciones sociales.

Es sólo que a veces me pregunto ¿para qué decirle a alguien que estás "encantado de conocerlo" si no es cierto?

Vamos, después de todo esto de la química es algo muy curioso...

Se da o no se da.

Es como las gelatinas... cuaja o no.

Ultimamente me he visto sometida (unas veces por mi cuenta, otras irremediablemente) en situaciones sociales con personas muy distintas a mí.

En serio, la gente es genial... las más de las veces sólo quieren que las escuches. (Cosa bastante dificil, cuando están tocando la rolita del Santo, el Cavernario, el Blue Demon y el Bulldog)

A veces sólo requiere que pongas cara de interés...

pero en otras ese silencio incómodo da miedo y tienes la curiosa necesidad de salir corriendo.

Ayer resistí. Hoy salí corriendo. Creo que voy mejorando en eso de socializar. (Un poquito, tampoco pidan milagros)

D.

De saber que vendrías te tendría un pastel...

Hoy, 20 de Junio, es cumpleaños de una de mis mejores amigas, Jeanine.

Así que vengo de tomarme un cafecito con ella, con mi otra mejor amiga, Laura, y de comer pastel (que en el caso de la cumpleañera fue de queso con zarzamora, aunque yo no probé ese, sino de otro de manzana muy bueno, que pidió Laura).

Escuchamos a Sabina, en el café. Bueno, yo lo escuché, porque a ella no le gusta.

Platicamos de envejecer, de la crisis de los middle tweenty, de la crisis post carrera, de como hacemos para sobrevivir con lo que ganamos, de los hombres que tuvimos y dejamos ir, de los hombres que nos tuvieron y nos dejaron ir...

Volvimos a planear proyectos, castillos de arena y niebla.

Tomamos café, de ese que me pone loca. Hablamos de donde estaba nuestros compañeritos (a los que todavía les seguimos la pista) planeamos irnos de vacaciones (someday)

Cosas así.

Me siento bien, ese tipo de cosas siempre te reconfortan. Ahora pienso que debo dormir, pero quisiera poder disfrutar un momento más esa sensación de protección y calidez que queda cuando tus amigas y tú se reunen a comer pastel.

D.

Fuego...

Ayer en la noche, cuando el insomnio me atacó, me puse a realizar una tarea que hace mucho no hacía.

Me puse a dibujar.

Una vez que terminé todos los dibujos (miedos, deseos, obsesiones) les prendí fuego.

Mientras el papel se retorcía y cambiaba su estado, volviendose un montón de cenizas retorcidas, pensé en las cosas que tengo que dejar ir.

Son muchas.

Tardé un rato en dejar que se apagara.

Sólo quedaron los cimientos de la casa...

D.

María, las llaves!

Me encanta esa escena de "La vida es bella" donde el protagonista grita "María, las llaves!" y, en efecto, le tiran las llaves para que entre al corazón de su amada...

He pensado mucho en la Propiedad Privada, la Familia y el Amor, ultimamente.

Quizá porque no puedo separar de mi vida ningún ámbito y todo se me revuelve en la mente, creando un auténtico caos, una sopa intragable de letras, recuerdos, pensamientos...

Pensar, por ejemplo, que la idea de familia, amor y pertenencia son una misma, porque a partir de la idea de Propiedad Privada surge también la idea de "lo mío" y "los míos" y lo que tengo, para decir que soy y poseo...

Lo mío es mío,porque lo poseo y lo poseo, porque he trabajado por ello, o quizá lo arrebaté, pero ahora que es mío no quiero que nadie me lo quite...

Es entonces que surge la idea de guardar. Y allí es donde entra el concepto de la llave.

La llave es un dispositivo sumamente ingenioso inventado para que aquel que tiene acceso a ella, sea el feliz poseedor de lo que está "bajo llave"

Lo que está "bajo llave", está, pero no está, porque está oculto a las miradas... o disponible a las miradas, pero inaccesible.

Entonces, sólo quien tiene la llave tiena acceso a ello. Y se supone que todo lo que está bajo llave es valioso, porque si no ¿para que lo pone uno bajo llave?

Recuerdo que cuando era niña tenía un diario con su candado... entonces lo que tenía allí, era valioso... Y estaba "bajo llave" (se podía abrir con un pasador, lo hice muchas veces: además creo que a nadie le interesaba saber que una niña de Sexto B me había quitado mi lugar en los columpios y por eso me enojé con ella)

Ahora la llave y el candado de mi diario se perdieron y yo lo abro de vez en cuando para acordarme de esas cosas.

Me pregunto cuantas cosas que ahora considero valiosas dentro de poco no serán ni polvo. Y cuantas cosas que consideré valiosas alguna vez, dignas de ponerse bajo llave, se han quedado allí, sin que nunca haya vuelto acceder a ellas, por perder la llave, por desidia, por ignorancia de mi parte, por atesorar inutilmente.

Me pregunto si a mi corazón le pasará un día lo mismo, porque no sé donde he dejado la llave, porque no sé si alguna vez hubo llave, porque tal vez repartí demasiadas llaves a quien no quería abrirlo.

D.

En defensa del amor

Ayer a Betty se le ocurrió salir en defensa del amor en mi etapa oscura, en la que me la paso diciendo que el amor no es más que la necesidad del ser humano de sentirse menos solo. Necesidad, al fin de cuentas.

Betty salió con eso de que finalmente, aunque no exista el hombre perfecto o la mujer perfecta, puede existir el amor porque... por que sí.

Además mencionó que sus padres la querían y que ella se quería a si misma.

Claro, ya no le dije que eso no era amor, porque dotamos al amor de tantos calificativos como total, eterno, desinteresado y demás, que no es algo tangible que podamos aplicar a ninguna relación humana.

Ni las de padres a hijos, ni la propia, sin el riesgo de caer en una obsesión patológica bastante grave.

Ya sé que hay muchas canciones, poemas y demás... pero las más de las veces describen relaciones de dependencia o codependencia...

Me gustaría saber quien es el valiente que sale a hablar en defensa del amor.

El espejismo de las noches perdidas

¿Para que decir todas las veces que acaricié tu cuerpo, mientras el silencio de mi voz bajaba por tu piel desnuda, mientras fragorosa al combate acudía la música de Sabina…?

¿Cómo hacer el recuento de las noches perdidas, que nunca me cambiaste por un rato en tu cama?

Paria, desterrada de esa tierra, ahora pienso que quizá fue un espejismo. Me tragué todas esas palabras dulces como dátiles y tu te bañaste en mi laguna.

Ahora pienso en que fue una alucinación. Tomo un trago de agua. Recapacito. Me asomo a la ventana y bebo mi veneno. Sonrio a la luna. Ella sigue allí. Pesé a todo.

D.

Cuatro

Como le decía a Ayax: paso por una crisis creativa.

Así que para no molestarlos con mi momento de tortura interna, he pensado en contestar esta cadena que me envió Israel, uno de mis ex compañeritos de la oficina, al correo.

Cuatro cosas acerca de mi que puede que sepas o no sepas, en ningún orden en especial...

Cuatro empleos que he tenido:

1. Profesora adjunta
2. Encuestadora
3. La chica de los cafés en El Universal (Becaria)
4. Analista de Información

Cuatro películas que volvería a ver una y otra vez:

1. Casablanca
2. Leaving las Vegas
3. Eterno resplandor de una mente imborrable
4. 10 cosas que odio de tí

Cuatro lugares en los que he vivido:

1. Ejercito de Oriente (la banda ruda)
2. Cosamaloapan, Veracruz (con mi abuela)
3. La colonia Puebla
4. Lomas estrella

Cuatro programas que veo:

1. Grey´s Anatomy
2. American Next Top Model
3. Iron Chef
4. CSI en todas sus perversas variaciones

Cuatro lugares en los que he estado:

1. Barcelona, España
2. Perpingnant, Francia
3. Orlando, Estados Unidos
4. Guanajuato... (y un par de estados más de nuestro bonito país)

Cuatro de mis platillos favoritos:

1. Lasagna
2. Tortas de papa
3. Pechugas empanizadas
4. Tacos

Cuatro lugares en los que desearía estar ahora:

1. Acampando con la banda
2. En la plaza de los sapos, en Puebla
3. Comiendo pizza en la plaza de León
4. En un barecillo de Guanajuato

Cuatro cosas que espero de este año:

1. Regalarme un Ipod
2. Dejar de buscar el amor verdadero (Grow up, Mayra!)
3. Conseguir un aumento salarial
4. Tener mis primeras vacaciones pagadas

Cuatro bebidas favoritas:

1. Sangría
2. Leche fría
3. Agua de jamaica
4. Cerveza Indio

Cuatro músicos favoritos:

1. Joaquín Sabina
2. Miguel Bosé
3. Nina Simone
4. José José

D.

Erre, con erre, cigarro...

Ayer pasé por un riel del ferrocarril en una zona norte de la ciudad.

Llovía y el montículo de hierba que estaba junto a la vía olía delicioso.

Llevaba zapatillas y eso lo hizo un poco más complicado. La noche era fresca y no escuché la vibración del tren, ni a la lejanía, ni en ninguna parte.

Conocí a una gata negra que se llamaba Bagira. También llegué a escuchar un disco de Nina Simone que perdí hace tiempo y reencontré.

Me quedé dormida pensando en el olor a tabaco que queda flotando en las esquinas del olvido. Y la vida siguió...

Ayer estaba pensando en como siempre llego tarde, aunque me apresure, a la vida de las personas. En como nunca están disponibles cuando yo lo estoy. Y viceversa.

Erré, de equivocarme. Muchas veces. Miles de veces.

Ayer encontré a través de ese invento del demonio que es Hi5 a una persona que fue importante para mí cuando tenía 18 años.

Ayer me di cuenta de todo lo que hemos cambiado y de repente, todo fue muy claro para mí.

Quizá necesito más disfrutar el trayecto, porque ninguno de los hombres que he conocido es destino.

Somos rieles, enganchados, unos a otros, en el camino.

D.

Censura en los blogs: una entrada en contra de la intolerancia

Desde hace un par de días he platicado con el Maestro Jorge Badillo, un profesional de las Ciencias de la Comunicación, sobre el problema que tuvo con la censura de una crítica que realizó a una obra de teatro: alguien alteró su blog para evitar que expresara su opinión sobre "Email, la cibercomedia"; una obra de teatro a la que asistió (de la cual no haré ningún comentario personal, puesto que no la he visto).

Afortunadamente, el maestro Badillo es un hombre de recursos y volvió a postear su entrada original; sin embargo, resulta preocupante que exista censura en casos así, ya que todos tenemos la libertad de expresar una crítica respecto a lo que nos gusta o disgusta; finalmente, creo que estamos llegando a unos extremos de intolerancia barbara, de los cuales se ven reflejados en actos de violencia (algunos de violencia física y otros de violencia simbólica, pero de cualquier forma, no por ello menos agresivos) .

Parece ser un signo de los tiempos que, mientras más posibilidades hay de expresarse, también más deseos hay de reprimir las expresiones del otro.

Este post es una muestra de solidaridad en contra de los hackers del mundo, sobre todo aquellos intolerantes que borran entradas por no coincidir con las opiniones ajenas... (Si, ya saben, los que vacían cuentas de banco en suiza no me caen tan mal)

Para más información de caso, visiten la entrada del Profe Badillo:


http://www.aweblog.org/censura-en-blogs-caso-a-weblog/

D.

La historia de la espada...

Para Yareli, of course.


Ella fue a buscar un disco: Candy de The Jesus and the Mary Chain.

Él la siguió.

Ella revolvió entre sus cosas.

Él le dijo: - Tengo que hablar contigo...

Ella lo miró con ojos abiertos, como esperando algun discurso.

- Quisiera que fueras más dificil conmigo. Siempre te has entregado entera. ¿Recuerdas aquel libro de "El Peregrino" en donde le entregan la espada y él la toma? Entonces le dicen que se equivocó, que nunca debió tomarla, porque aún no la merecía. Así me siento. Siento que aún no te merezco. Que necesito ganarte, que necesito que estés orgullosa de mí. Si eres para mí, si realmente lo eres, estarás allí. Tengo que pensar que estarás allí. ¿Me esperarás?

Ella tomó el disco y lo puso.

Le gustaba The Jesus and The Mary Chain.

Nunca había leído a Pablo Cohelo.

D.

Que paella la de anoche...

- ¿Te gusta la paella? - preguntó.


- Sí - le dije.





Claro, no pensé que llevaría una.





Pero estuvo deliciosa. Doy fe de ello.

Gracias Nezumi.



Heme allí, con demasiada comida y mis primeras tres invitadas, que llegaron con anticipación. (Y claro, Nezumi tomó las fotos)

Notesé la sonrisa Colgate que tenemos Armando, Jeanine y yo.




Allí hizo falta un letrero que tapara mis pies y que diera fe de que se trataba de una fiesta de cumpleaños y no de un equipo de futbol, o de la foto generacional.

Gracias a todos los invitados por acudir, no pongo más fotos porque mi blusa era demasiado transparente (situación que, claro, como era la festejada, nadie me dijo de forma muy cortés...)

Este aún no es de esa clase de blogs...

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...