Quitate, Pedro Picapiedra, que ahí te voy...

Aquí estoy, como Pedro Picapiedra, esperando el silbido del silbato que me permite salir corriendo a través de la espalda de mi dinosaurica maquina... Me imagino resbalando por el cable negro y topandome con el cuadrado regulador.

Esta existencia que se mantiene a base de quincenas... Increíble, aquí estoy.

Hoy andaba de mal genio, supongo que la culpa no la tiene nadie, pero finalmente todos la pagan. No le quise dar explicaciones a quienes me lo pidieron, pero de un tiempo a esta parte, siento que recorro páramos cada vez más sombríos y desolados.

En el fondo, otra vez todo tiene que ver con el amor. Me decía el corrector de estilo que algo me falta... y si; lo cierto es que creo que ya no amo a nadie y eso me hace sentir vacía, vacía...

Sentir que todo el amor se te ha escapado por una grieta invisble... quizá ni siquiera me di cuenta cuando se evaporó esa última gota...

Ahora me pregunto si será un recurso renovable, como lo dije en otra entrada o si está perdido, para siempre, como una cuenta en ceros que no se renueva, porque ni siquiera tienes ánimo para subirte de nuevo al Brontosaurio y acarrear piedra caliza de nuevo.

El esfuerzo necesario para amar de nuevo, quizá es más del que tenga ánimos de afrontar.

Es cierto. Ya no tengo suficiente amor en mis venas como para luchar por tener más amor...

Quitate Pedro, Pica piedra, sufre mamón...

Devuelveme a mi chica...

Ah, desvarío... y apenas es miércoles. Ja.

D.

Barrio

Barrio... en nuestro país, barrio representa una auténtica filiación política y cultural... Porque todos estamos de acuerdo que no es lo mismo ser del Barrio de la Doctores, a del Barrio de la Merced...

Hay barrios y barriadas... y sitios que no caen siquiera en esta clasificación, que viven en el subsuelo, que roban calles para tener donde caer muertos...

La película de Fernando León, Barrio, parece estar en la misma línea de la brasileña "Ciudad de dios" o la colombiana "La virgen de los sicarios"; con una fundamental diferencia... Además de la rudeza de las calles, de la cruda realidad de las drogas o los laberintos sin sentido en donde los jovenes son obligados a caminar, como ratas de un enfermizo laboratorio de concreto, Barrio muestra una cara más humana, más polifacética de la vida de estos tres jovenes, Javi, Manu y Rai, quienes luchan contra todo por aquellos momentos de felicidad que su cotidianeidad les provee.

Para ellos todo es un placer tan efímero, que incluso el intercambiar una mirada con una cajera o escoger un auto al azar entre las docenas que pasan por una gran avenida, puede ser el momento cumbre del día.

Atrapados en una sociedad que parece dejarlos sin opciones, donde quiera que vayan está cerrado todo con llave y los coches con alarmas; las mujeres alzan la mirada... despreciativas ante aquello que no termina de ser niño, como para inspirar ternura;ni hombre, como para despertar el deseo...

¿En que se puede utilizar la fuerza, energía, empuje de la adolescencia si te encuentras atado, como esperando algo, que muchas veces no llega? ¿Es acaso el giro de una bala lo que puede determinar tu destino? ¿Es una señal cada sonido que te rodea, una profecía para ser cumplida?

En este caso es excepcional la música: hilo conductor, cristal que difracta, contraste cadencioso con cada toma... Con música de barrio, ese barniz de fondo que no rellena, sino que ilustra y destaca cada secuencia: desde la salsa concupiscente de Susana,la hermana de Javi; pasando por el hip hop rítmico y golpeteado que acompaña a Rai en sus andanzas carcelarias...

Sumergidos en este ruido, entre la música de gitanos que hacen llover el oro, Manu, Rai y Javi se encuentran con que todo lo que desean está tan lejos de su alcance que aún quebrando todas las vidrieras o irrumpiendo en todos los autos de la calle, aún no tendrían ese algo que se les escapa, de tan sutil.

¿Qué se necesitará para ser feliz?, ¿qué colmará nuestras expectativas, nuestros anhelos? ¿Y si la vida nos pone enfrente una cosa distinta, sabremos tomarla o se nos escapará entre las manos?

Muchas veces, en la vida, nos llega de regalo una motoneta acuática... Es algo que no pedimos, totalmente distinto a lo que deseamos, que a veces no podemos apreciar... y que cuando miramos de vuelta, lo hemos perdido...

Barrio es un caleídoscopio que se difracta... y muestra lo cortante del filo de aquello que miramos... finalmente sólo son pedazos cortados de las vidas de personajes tan tridimensionales que duelen.

D.

Sabina y Serrat: dos pájaros de un tiro

Cuando era más joven pensaba que los que eran "fans" de alguien vivían en el error... sobre todo porque mis amigas eran fans de tipos guapos como Flavio César, los de Mercurio, los Magneto, Ricky Martin y otros por el estilo...

Claro, alguna vez entoné rolas de Fey, de Mónica Naranjo, de Gloria Trevi... Y admito que me gustó escuchar la letra de "Es una experiencia religiosa, sentir que resucito si me tocas..." cuando lo que estaba en onda era escuchar a Enrique Inglesias.

Pero siempre me gustó pintar mi raya con esos grupos o cantantes.

Me gustaba refugiarme en la paz de las guitarras de la música que había ya en casa y que me hablaba de los tiempos que se fueron y de los sentimientos que no se evaporan.

Pero... ¿Cuando entraron Sabina y Serrat a mi vida? Creo que su presencia se fue colando, imperceptible, hasta inundar con sus mares de historias todo lo que tocaron. Me apropie de tantas cosas, de su optimismo dramático y triste, de su hermosa melancolía.

Si alguna vez fui sabia y fui buena, lo aprendí de sus labios cantores...

Pero me inclino más a creer, que ellos tenían razón... al igual que mis amantes, quienes siempre dijeron que la mala era yo.

En la justa dimensión del espíritu humano, con sus contradicciones vivificantes, me mostraron todo aquel mundo que quisiera exporar un día, el de la cara oculta de la luna.

No soy fan de Sabina. Tampoco de Serrat. Me limito a vivir mi vida, empapada de las tonadillas tristes que se refugian en mi garganta, que luego se escapan... Cenicienta de porcelana.

Allí viven, esperando, pájaros de Portugal...

Esperando a que salga de la nube negra, detrás de la luna en quiebra...

Ah... por cierto. Hoy es su primer concierto. Buen provecho.

D.

Los sucidas, las lunas y los puentes

Ayer me quedé viendo la luna desde el puente más cercano a mi casa y me acordé de la vez en que Gabino me dijo que los puentes eran para los suicidas...

A mi nunca me han dado ganas de saltar de un puente, aunque estando al lado del metro a veces me dan ganas de saltar.

Ahora que están construyendo un puente cerca de la estación Ciudad Deportiva, me he puesto a pensar en las posibilidades de que ese sea un maravilloso trampolín para suicidas...

Los suicidas salen más en luna llena, no sé si por el flujo luminoso del satélite que impulsa a la locura romántica, como resultado de los desamores y las frustraciones que ocasiona esta vida nuestra...

Ayer me quedé viendo la luna, su dulce rostro me pidió un beso.

D.

El ciclo del agua

A veces creo escuchar a través del silencio la tormenta que llevas dentro y me da miedo interrumpirte la borrasca de tu alma, porque los únicos barcos que echo a navegar son de papel y no sobrevivirían a tu mar interno, agitado y lleno de monstruos marinos.

Si yo me asusto con las sombras chinas... Imaginate el terror que me daría lidiar con tus fantasmas.

Debes saber que a veces también me da miedo la incertidumbre de todo esto, pero me gusta pensar que más allá de los hechos (si, ya sabes, todas las cosas ineludibles de esta vida) es posible que continuemos juntos a pesar de lo que pase...

No tengo certezas, sólo un puñado de convicciones...

Y estoy convencida de que eres de esos amigos que se quedan, incluso cuando suben las aguas del río...

Quizá porque ya estás acostumbrado a los temporales.

Sin embargo no quiero ser la gota que derrame el vaso de tu paciencia, ni rebosar en tu fuente las dudas que tienes sobre las relaciones humanas... soy capaz de tirar un techo a golpe de molesto y pertinaz repiqueteo de canciones triviales. No quisiera eso.

¿Cómo evitar colmar el mar?, ¿cómo detener la fuerza de la lluvia?, ¿cómo sujetar el agua?

Uno creería que toda el agua del mundo encuentra sus causes... me gusta pensar que es cierto.

Si, probablemente vamos cuesta abajo, como los ríos, los manantiales, la nieve del deshielo, el polo que se derrite, que se funde.

Si, probablemente, como el agua en su ciclo eterno, tendríamos que esperar y sólo ver, sólo esperar y sólo detenernos, en cuanto nos fundamos en el mar mayor.

Si, probablemente esté lejos el momento de elevarnos en una nube etérea...

Y más lejana aún la dicha de precipitarnos, con la velocidad del beso, con el vértigo del rayo, con la luz del trueno que se forja entre cúmulos y cirrios.

Pero no voy a pensar en esas lejanías. Sólo voy a dejarme caer, como cascada, como copo de nieve, como granizo...

Y que siga su ciclo el agua.

D.

Las lagartijas no tiene hora de oficina

- Aquí nadie comprende mi fascinación por las lagartijas. Supongo que tendré que dejar todas mis pasiones fuera de la oficina.

- Las lagartijas no tienen hora de oficina. Te estarán esperando.

Hay muchas cosas que siento que tengo que dejar de lado. Aún no entiendo como compaginar mi encanto con las cosas simples de la vida (Ay, Saltamontes, como me acuerdo de tí) y esta vida oficinezca de 9:00 a 19:00 horas...

Hoy me volví a quedar mirando las lagartijas en la barda de enfrente a la hora de la comida y me dieron mucha envidia, tomando el sol.

D.

El casette

¿Saben que los CD´s como los conocemo acaban de cumplir 25 años? Es decir... cuando yo nací, apenas comenzaban a salir de sus cajitas... Y nos prometían que eran imposibles de falsificar o de rayar... y que la calidad de la música era por mucho superior a lo que habíamos conocido hasta ahora...

Pero hoy en la mañana puse un casette. Uno de esos en los que mi papá hacía sus mezclas y mi mamá grababa las canciones infantiles que yo me aprendí. Lo puse y escuché mi propia voz, como fue grabada hace ya un par de años... Y me sentí tocada, profundamente, por esa otra yo, que me hablaba, llena de esperanzas, expectativas e incluso amor.

Cada una de las palabras que iba diciendo me hablaban de una persona que ya no soy. Me di cuenta de que había perdido muchas de esas letras que antes habitaban en mi. O quizá sólo dormían... el caso es que me estremeció tanto escucharme que tuve que acostarme un segundo, mientras el casette seguía corriendo, enrollandose en el sentido inverso...

Cuando trabajaba en "El Universal Radio", mi principal tarea era acarrear casettes de un lado para otro. Al final del día los rembobinaba y los acomodaba en una pila transparente... En realidad hasta hoy no había pensando en la nobleza de dicho medio...

Gracias por el cassette.

D.

La pluma Parker

- ¿Que será mejor?, ¿esperar o que te esperen?
- Ya lo descubrirás.

Le dije.

Y allí estaba, esperándome. Yo lo esperé muchas veces, antes.

Mi mamá me dijo que fuera a devolverle su pluma Parker. Finalmente él me la regaló.

- De regalo de graduación. - Me dijo.

Tuvimos un buen día, comimos tortas. A veces pienso que las tortas son el destino de todas mis relaciones, porque nunca me alcanza para invitar algo más estiloso, que vaya más allá de los sandwiches y las tortas.

Una vez disparé tacos.

Platicamos muchas cosas, me dijo lo que había cambiado.

Él me colmó de regalos, le envio dulces a mi mamá y nos despedimos.

De regreso a casa llovía y me pareció muy apropiado.

D.

Una mujer desnuda y en lo oscuro

Ayer, justo cuando me regresaron mi computadora y pensaba instalar el Messenger, se comenzó a ir la luz, como resultado de la lluvia torrencial que cayó en la zona en la que vivo...

Finalmente la línea se fregó y nos quedamos sumidos en la oscuridad más profuda... Me fui a dormir y al despertar, la noche seguía allí...

Tuve que bañarme sin luz, lo que representó un nuevo reto, ya que generalmente puedo mirarme el ombligo cuando lo enjabono...

Toma uno conciencia del propio cuerpo, en estas nuevas circunstancias y noté que efectivamente, en las noches sin luna, emito un resplandor que da confianza.

D.

P. D. Si notan que no estoy, ya saben la causa.

Mal y de malas

Hoy Betty viene de malas; además aún no salen los recibos de nómina y creo que perderé a dos personas de las que trabajo con las que me llevaba bien... Ah, extrañaré la sonrisa tímida de Roberto y la risa de Alejandro.

La hora de la comida fue un desfile de personajes... y creo que yo me concentré en tratar de masticar mi arroz. También hubo poco que hacer en la mañana. Y ahora ya no tengo nada que hacer, ni tampoco pensé en un tema...

El sábado fui a la feria de Chapingo. Vi muchas artesanías... me gustan mucho, pero después de dos horas de recorrer pasillos de vasijas, aretes, cadenas, pulseras, botas, rebozos, mermelada, quesos de rancho y demás terminas un poco alucinada en medio de la noche chapinguera...

También escuché un trío. Cantó el Andariego. Regresamos bien tarde a la casa y me metí en mi cama, contenta de haber logrado regresar sin estiercol en mis botas de gamuza nuevas.

El domingo fuimos al cumpleaños de mi tío en Juchitepec y mi tía hizo Mixiotes.... y mi papá me compró una nieve de guanábana con fresa... y anduve muy feliz, hasta que me acordé que tenía que regresar a planchar mi ropa para la semana laboral.

No he boleado mis zapatos... Ah... y voy a llegar tarde hoy, así que tampoco me darán ganas de bolearlos. Ayer hice el intento de hacerme un manicure francés, por lo que bolear no es la mejor de las ideas: puede quedarme grasa del oso entre las uñas y el tono del manicure francés pasará a gris...

También creo que no nos pagarán hoy.

Jo. Pero no le digan a Betty. Porque está de malas.

D.

¿A que huele mi perfume?

Hace ya cinco años, Mitzi me regaló una botella miniatura de Poeme, de Lancome. La primera vez que fui de visita a Guanajuato me lo llevé y desde entonces tengo la asociación con ese aroma de todas las calles que recorrí... incluso, hasta hace poco, una sola gota de esa fragancia en el ambiente traía para mi una serie de evocaciones poderosas y fenomenales.

El poema olía a gloria, pues.

Con mi primer sueldo, entre los primeros mandatos reales, decidí comprarme una botella más grande de ese perfume, con la idea de envolverme en el efluvio positivo de su fragancia.

Sin embargo, mi experimento ha tenido contraproducentes consecuencias...

Cabe destacar que hasta la fecha yo siempre usé los perfumes que me regalaban mis tías, amigas, abuelas...

Y este, que es el primer perfume que elegí comprar, me ha causado muchos dolores de cabeza.

En primer lugar, el día 1 del experimento olfativo, me di cuenta de que al mezclar el perfume con la masa de oficinistas en el metro, me provocaba un mareo irremediable, y unos deseos tremendos de vomitar... luego me percaté de que me había puesto demasiado...

Además eso de andar oliendo a fantasías y sueños rotos por la vida... no sé. Me deprimió un poco más.

Luego, el olor dulzón se mezcló con la alcantarilla, con el puesto de tortas, las gordas de la esquina, la carne de presidio que rodea cada esquina de la ciudad...

Y al llegara la oficina, finalmente, Luis preguntó:

- ¿Quién huele a teibol? Es como el perfume de rosita fresita que usan las teiboleras...
- ¿Has estado en muchos teibols, Luis?
- En dos.

Lo cual me hizo sonreir irremediablemente.

Eso fue un día...

Pero la semana pasada Betty me preguntó:

-¿Que perfume usas?
- Poeme, de Lancome.
- ¿No crees que huele como a chocolate? Me empieza a dar hambre...

Bueno... morena con la piel de chocolate... Eso no está tan mal.

El asociar el perfume dulzón con el ambiente de trabajo oficinezco no fue gran idea...

Al salir del tocador percibí una estela tras de mi, como si fuera un Pepe Lepu en camisa azul...

Ayer, Israel se me acercó para pasar a su memoria USB unos documentos y preguntó:

-¿No crees que huele como a incienso?

Ja, ja... ¡Válgame dios! Ponganse de acuerdo...

Finalmente llegué a casa con mis camisetas del trabajo y le pregunté a mi mamá, confiando en su maternal sabiduría:

-Oye ma... ¿A que huele mi perfume?
- Pues... Es un aroma floral, ¿no? A mi ni me preguntes, yo no sé de esas cosas...

D.

Nadie sabe lo que gana...

Nadie sabe lo que gana cuando pierde la presidencia de los Estados Unidos...

¿Quién le iba a decir al candidato Democrata que alcanzaría la fama, la gloria económica, el estrellato mediático y hasta el premio Nobel de la paz con su bandera del calentamiento climático?

¿En dónde estaría ahora? Denostado, en medio de una guerra perdida, repudiado, avasallado por los enemigos internos y externos de la nación todavía hegemónica, que se ve asediada por la sombra de Oriente, que viene pisandole los talones....

Y ahora, en cambio, anda paseandose por el mundo, vendiendo conferencias carotas y saliendo en la tele...

Je. Nadie sabe lo que gana cuando pierde la presidencia.

El mundo es un teatro y nosotros sus actores...

Creo que no lo he conmentado aquí... pero cuando tenía 15 años tomaba clases de teatro.

Yo siempre he sido un poco introvertida, pero recuerdo esas ocasiones como jubilosas oportunidades de ser quien no era, decir parlamentos ajenos a mi vida y explayarme...

Ahora, lo veo como algo ya muy lejano y sé que en realidad nunca tuve ese talento natural que se requiere para las tablas histriónicas..

Pero alguna vez mi maestro de teatro nos recordó esa frase de Shakespeare, en Enrique Tercero: El mundo es un teatro y nosotros somos sus actores...

Generalmente, cuando salía a escena, el miedo propio de sentir el peso de los ojos del publico era un aliciente, me sentía ligeramente intimidada, pero luego, el pensar que me observaban me hacía sentir importante...

- ¡Pero mamá! Te he dicho miles de veces que sólo voy al cine con Eugenia... - Era una de mis líneas.

Tenía 15 años y siempre hacia el papel de la adolescente, de la pastora, de la joven ingenua, de la criada respondona...

Recuerdo aún algunos de mis parlamentos y antes de decirlos tenía que detenerme un momento a pensar...

¿Con que intención digo esto? ¿Que me van a decir después? ¿Y bajo que circunstancias debe ser esto dicho?

Claro, en el teatro no había problema... lo podías repetir una y otra vez, hasta que cada una de las palabras tuviera el peso que deseabas darle... el tono, la significación, el gesto, la modulación. Hasta que te parabas en la esquina correcta del mundo para decir lo que querías decir...

Pero cuando vas en un tren en movimiento, como es la vida, cuando los oídos que te escuchan están a centimetros de ti y los ojos que te miran parecen clavarse en tu alma...

¿Como se puede uno concentrar en los parlamentos? Como puede uno decir lo que tenía pensado decir...?

Lo he pensado... Incluso he buscado las palabras exactas que dirían exactamente lo que pienso, en el entendido de que es siempre mejor decir las cosas que guardarlas, hasta que se te hagan herrumbre sobre el alma...

Sólo que a veces se me complica decir los parlamentos.

D.

Darina en la tierra de los pantalones de vestir...

La primera vez que escuché el termino "Pantalones de vestir" se me hizo muy raro... ¿Es que acaso había unos pantalones de comer y otros pantalones de dibujar? ¿como eran unos pantalones de vestir? ¿Que no todos los pantalones son de vestir?

Luego me aclararon el concepto y me presentaron a guapas mujeres ejecutivas en pantalones estilizados que remarcaban su derriére sin ningún problema...

Yo, en cambio, siempre que me pongo unos pantalones de vestir no dejo de pensar en el inmenso parecido que tengo con mi mamá y me siento más comoda en una falda de pliegues voluptuosos...

Aunque generalmente acudo al trabajo con esos pantalones que recalcan que tengo un cuerpo en forma de reloj de arena...

Hoy que fuimos a buscar un puesto de carnitas cercade Insurgentes me vi rodeada de oficinistas en ajustados pantalones de vestir... y huelga decir que a casi todas esas mujeres llevaban pantalones de vestir... y yo, que generalmente acudo a la oficina con los primeros que salen del ropero, me sentí un poco fuera de lugar entre tantos cortes de tela de suave caída...

Me pregunto si será cosa de la ropa o de mi cuerpo... que puedo usar con gracia una falda, y sentirme bien vestida, pero no puedo vestirme con un pantalón de vestir.

D.

Caminar

Resulta que después de pasar varios días mordiendome las uñas por un problema de diferencia de firmas en el banco, llegué y me dijeron que no había problema... así que, como siempre que mis problemas auto inventados se evaporan, me fui a caminar para dejar fluir la adrenalina que había dispuesto, preparandome para una batalla que nunca se llevó a cabo.

Caminé por la Calzada Zaragoza, un lugar sucio, turbio, ruidoso, maloliente, lleno de tiendas de tornillos y almacenes de autopartes. En donde quiera surgían ofertas extrañas, como "compramos el kilo de radiografias a $19.00" o también "Se venden extintores"

Caminé y caminé, hasta encontrar una tienda que frecuentaba cuando era más chica, en donde vendían ropa de liquidación... Me sumergí entonces en la ropa y no encontré los vaporosos vestidos de la última vez. Quizá porque se terminó ya la temporada de Primavera - Verano...

Entré a probarme unos pantalones, pero no eran de mi talla... y terminé comprando una blusa con globos aerostáticos...

Luego me trepé al metro, con la vaga esperanza de que una de las estaciones me dejara cerca del trabajo... y si... en efecto. Caminé como un kilometro más y estaba en la oficina.

Aún no me pruebo mi blusa. Pero como no tengo trabajo por ahora... quizá...

Luego les vengo a decir que tal me quedó.

D.

Reseña del China FEST 2007

Ayer fui al China FEST 2007, que se celebra en su enésima ocasión, para festejar a mi amiga Penélope, mejor conocida como "La china"; melómana empedernida, periodista con valores e integridad intachable, maestra distinguida y en todo el sentido de la palabra una mujer hecha y derecha de más o menos mi estatura física, pero definitivamente mayor estatura moral.

Me gusta mucho acudir al China FEST porque la familia de Penélope es además muy cálida y amable, desde su abuelita (que me abrió la puerta y con la que sostuve una interesante discusión sobre los Rinraja del Guadalupe del Moral, o sea los niños que tocan las puertas y salen corriendo en la colonia) hasta su hermana, que se fue a estudiar Arquitectura a Madrid un año.

Además de eso está su mamá, con quien estuve platicando como dos horas en lo que Penélope llegaba de ir a buscar a sus cuates al metro... y su hermano Baruch, quien estudia Latín y Griego...

Me gustan los ventanales de su casa y que su mamá siempre prepara algo distinto cada año... Me agradan las amigas que tiene de la secundaria, con las que siempre termino platicando... Y me gusta recontar la música chida que pone en sus fiestas mientras regreso en la noche, pensando que todavía le debo su regalo de cumpleaños.

Por eso y muchas otras cosas, el china FEST es la onda.

Felicidades Chinisima...

D.

Palabras más o menos ayer me decías...

Palabras más o menos... que no me quieres...

¿Qué cosa es "Me agradas demasiado"? ¿Que carajos es "Demasiado? ¿Se puede querer demasiado? ¿Se puede ser demasiado de algo?

Ya lo dije cuando reseñé Demasiado amor...

Pero cuando te lo aplican a tí... Ash.

Ayer me sentí totalmente estúpida. Me subí a una bicicleta, por cierto... y si es verdad, una vez que aprendes no se te olvida. Iba conduciendo en la noche, sin documentos...

No sé, me siento terriblemente confundida. Llegue muy cansada a casa. Ya no tuve ganas para escribir la entrada de ayer, pero me sentía como arrollada... como devastada...

Las últimas cuadras las caminé como en un sueño, sintiendo que si comenzaba a llover me empezaría a deslavar, como una pintura de acuarela que aún no seca.

Palabras más o menos...

Me desperté y vi un rostro familiar que me decía... "Me agradas demasiado" y quise cerrar los ojos, pero ya no pude volver a dormir.

D.

El peso específico de las palabras

Desde niña me han gustado las palabras. Creo que fueron de mis primeros juguetes, a falta de algo más mordisqueable, esponjoso, jugoso, deleitable...

Me gustaba como crujían con el verbo crujir y como murmuraban, borboteaban o gorjeaban en mi boca, según fueran apareciendo.

Aún me gusta dejar que tomen significados nuevos y se escapen.

Mi tío dice que una vez, a los cinco años, le inventé una historia con marcianos verdes. Yo no me acuerdo de nada de eso, pero dicen que siempre he cantado y recordado canciones con bastante facilidad, con la facilidad de una rocola ¿quizá?

Con el tiempo me dijeron que ese juego que tenía yo con las palabras era peligroso, que cada palabra tenía un peso específico, una densidad, número atómico, Mol y otras específicaciones técnicas... Me dijeron... Hay palabras que estallan, hay palabras que hacen daño, hay palabras rebuscadas en las que te pierdes, como por ejemplo... Intríncado.

Hay palabras que provocan guerras y otras que hieren en el ego, hasta que el alma se desangra presa de algun misterio.

Y yo les hice caso y reduje mi vocabulario a un par de palabras y dejé mis experimentos con ellas por un rato... Y estudie comunicación para aprender a domeñar las palabras, para saber como hacerlas brincar por un aro, para domesticarlas como se domaría a un tigre pequeño, a una fiera que ha sido despojada de la ternura de su madre y es llevada entre barrotes, donde no sabe nada, nada... No conoce nada, nada... Y no sabe que hay una selva de letras allá afuera.

Pude haber estudiado Letras.

La verdad es que me dio miedo y me sentí incapaz de contravenir la opinión de mis padres que me advirtieron del peligro de buscarse "profesiones sin futuro"

Antes hacía poesía. Bueno, intentaba... la verdad la poesía es algo muy complicado de entender, sólo sentía que era como dejar volar a un elefante... O permitirle bailar ballet, para recurrir a una imagen de Fantasía...

Lo bonito de estudiar comunicación fue... la posibilidad de vivir una vida doble, en el límite de las cosas, entre las palabras químicamente puras que se combinaban en una mezcla exacta, como H2O... Y las posibles explosiones a las que me arriesgaba a diario...

Combinando Bromuro con Clepsidra, o Dromedario con Astrolabio...

Esas mezclas explotaban en mi boca y me hacían pensar en ese mundo que vislumbro a girones, quizá un mundo menos predecible, pero también deseable.

Yo pienso... pienso muchas cosas, pero hasta el momento no he podido dejar de caminar en el borde entre los dos mundos, el ordenado y el caótico. También en eso había pensado y también lo olvidé alguna vez...

D.

Yo sé que amarte es un castigo...

Pues bueno, ya nos dejan calentar la comida de nuevo en los microhondas... Ahora se desatará una fiebre de denuncias anónimas. Ya lo estoy viendo venir...

Hoy comí en el patio y no tuve ganas de hablar de nada. Estaba en mi etapa autista. Bueno, más que de costumbre... Cuando comía con Jeanine y Laura a veces teníamos etapas de lejanía y otras de parloteo sin sentido...

Otras veces sólo cantabamos...

Yo sé que amarte es un castigo...

Ay...

Ojalá pronto vuelva mi etapa parlanchina, luego me siento culpigena sin hablar.

D.

El jefe visita a Mayra

Cabe destacar que...

1. Ya terminé lo que tenía pendiente hoy.

2. Faltan tres horas para mi hora de salida

3. Se supone que va a venir el jefe de la compañía a platicar con nosotros

4. Se supone que viene a escuchar nuestras propuestas para permitir de nuevo que podamos calentar y comer nuestras viandas dentro de la empresa.

5. Seguro me encontrará escribiendo en mi blog, o alguna cosa así...

6. ¿Por qué el jefe no viene cuando estoy ampliamente ocupada, luciendo mi capacidad de tecleo en un informe especial?

NO sé... pero por alguna extraña razón estaré abriendo cartas cadena cuando llegue...

En

3...
2...
1...

D.

Una mujer que caminaba sobre las vías

Se llevó a cabo la fiesta de fin de año de la oficina en la calle de Ferrocarril de Cuernavaca. La verdad yo no ubicaba mucho el rumbo, pero...